La oración de Yaakov

Génesis 32:40 Y envió Yaakov mensajeros delante de él a Esav, su hermano, a la tierra de Seír, al campo de Edom. Bereshit 32:4 Vayishlaj Yaakov melajim elefanav el-Esav ajib arsa Seir seah Edom

En esta porción semanal titulada Vayishlaj que al español significa «y mandó» o bien «y envió», narra el regreso de Yaacov a la tierra de Canaán, pero previo a su llegada, el reencuentro con su hermano sería inminente.

El encuentro de los dos hermanos es muy enriquecedor por todos los detalles que nos encontramos en la narración del libro de Bereshit, su destino se volvería a unir, y las rencillas entre ambos deberían quedar resueltas, pero no sin antes, mediar un sufrimiento para las partes, y es justamente ahí, en la oración que hará Yaacov, en donde centraremos nuestra reflexión para ésta semana.

DOS DESTINOS PARALELOS PERO DIFERENTES

Como ustedes recordarán, Abraham se casó con Sara, y tuvieron un hijo al cual le llamaron por nombre Yitzjak -Isaac-, él a la edad de cuarenta años tomó por mujer a Ribka – Rebeca- y de esta unión nacerían dos hijos quienes vendrían a llamarse Yaacov y Esav -Esaú-.

El nacimiento de los hermanos fue traumático para la madre, tanto como para los hijos, ya que desde que estaban en el vientre de su madre, ambos peleaban entre sí.
Génesis 25:22 Y los hijos luchaban dentro de ella; y dijo: Si es así, ¿para qué vivo yo? Y fue a consultar a Hashem;

El Eterno le manifestó la razón por la cual ambos peleaban: Génesis 25:23 y le respondió Hashem: Dos naciones hay en tu seno,Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, Y el mayor servirá al menor.

No nada más representarían en su momento a dos pueblos, sino que además su apariencia sería diferente como nos lo narra la Torah: Génesis 25:24 Cuando se cumplieron sus días para dar a luz, he aquí había gemelos en su vientre. 25Y salió el primero rubio, y era todo velludo como una pelliza; y llamaron su nombre Esaú. 26Después salió su hermano, trabada su mano al calcañar de Esaú; y fue llamado su nombre Jacob.

Además de que uno sería velludo y el otro no, uno era rubio y el otro no, su carácter también sería muy diferente: Génesis 25:27 Y crecieron los niños, y Esaú fue diestro en la caza, hombre del campo; pero Jacob era varón quieto, que habitaba en tiendas.

Aunado a las anteriores diferencias cargarían con un error de sus padres y que aún en nuestros días es común, Las preferencias de alguno de los padres hacia un hijo en especial.

Génesis 25:28 28Y amó Isaac a Esaú, porque comía de su caza; mas Rebeca amaba a Jacob.

Como podremos notar, la experiencia en la educación de los padres en uno, difícilmente les serviría para el otro, ambos necesitarían un trato diferente, y por supuesto una educación con las mismas bases, pero llegando por medios diferentes.

EL ERROR DE ESAV

Como ustedes recordarán Esav le vendió su primogenitura a su hermano Yaacov: Génesis 25:29Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado, 30dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado su nombre Edom. 31Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. 32Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? 33Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura. 34Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.

Por los detalles que nos da la Torah, podemos darnos cuenta que Esav era un hombre arrojado y temperamental, y si hay alguna palabra que bien lo podría definir sería «Visceral», es decir llevado por sus sentimientos, su hermano en cambio sería alguien que se detendría a pensar mas las cosas, y detrás de ello aprovecharía las circunstancias que le presentaría la vida para aprovecharse de ellas, y el problema no estaría ahí, sino que como en este caso, el se aprovecharía para mal de la situación, y eso no quedaría impune, dado que si alguien se aprovecha malamente de alguien, tarde que temprano lo harán con él, es decir «todo lo que se siembra se cosecha» ¿Cómo lo demuestro? Basta acordarse de la relación que tuvo con el que sería después su suegro llamado Laban, con el que tuvo que trabajar siete años por su amada, y cuando llegó el momento fue burlado, entregándole a la hermana de su amada.

En el Brit Jadasha -Pacto Renovado- se le llama a Esav profano.

Hebreos 11:16 no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura.

Y ese fue su error, haber vendido algo invendible, algo que debió el tener en estima y sin embargo lo menospreció poniéndolo aún por debajo de un plato de comida, ¿Sabes por que escribo esto? Pues Esav nunca cambiaría su primogenitura por algo que valiera menos que ésta, es decir la cambiaría por algo que fuera de mayor estima para él, y es por eso que su primogenitura valió para él, menos que un plato de comida.

Con el tiempo se concretaría el juramento que Esav había hecho en cuanto a su primogenitura, sin embargo él no lo cumpliría a cabalidad. Esta narración la encontramos en el capítulo 27 de Bereshit, y desembocaría todo esto, en un altercado entre los hermanos llegando incluso al deseo de parte de Esav de quitarle la vida a su hermano.

Génesis 27:41 Y aborreció Esaú a Jacob por la bendición con que su padre le había bendecido, y dijo en su corazón: Llegarán los días del luto de mi padre, y yo mataré a mi hermano Jacob.

Este deseo de Esav sirvió para alertar a su madre para que ordenara a su hijo Yaacov a que huyera a Padan Aram a la casa de Betuel padre de Ribka.

EL REGRESO DE YAACOV

Los capítulos 28 al 31 de Bereshit, nos relata la Torah la partida de Yaacov, así como su encuentro con Hashem, posteriormente la labor para con Laban hermano de su madre, la unión de Yaacov con Rajel -Raquel- y Leah -Lea-, y así mismo su descendencia no nada más con ellas, sino con sus respectivas siervas Bilha y Zilpah.

Ya en el pereq – capítulo- 32 correspondiente a esta porción semanal nos encontramos con un Yaacov diferente de aquel que abandono la casa de sus padres, los golpes y la experiencia tomada de la vida, lo habían transformado, pero hubo algo que fue trascendental y esto fue su encuentro con Hashem cuando el apenas había abandonado la casa de sus padres, y esta comunión con el Eterno marcaría su andar y más aún sus decisiones tal y como lo veremos a continuación.

Previó a llegar a Canaán, Yaacov se anticipo a contactar a su hermano Esav.

Génesis 32:4 Y les mandó diciendo: Así diréis a mi señor Esaú: Así dice tu siervo Jacob: Con Labán he morado, y me he detenido hasta ahora; 5y tengo vacas, asnos, ovejas, y siervos y siervas; y envío a decirlo a mi señor, para hallar gracia en tus ojos.

Sus temores eran evidentes, sin embargo tenía la esperanza de que en Esav se hubiera aquietado el enojo hacia él, y la repuesta la esperaba con ansia, sin embargo la respuesta no fue lo que a él le hubiera gustado escuchar: Génesis 32:6 Y los mensajeros volvieron a Jacob, diciendo: Vinimos a tu hermano Esaú, y él también viene a recibirte, y cuatrocientos hombres con él.

Esta respuesta, lo dejó inquieto, temeroso de su futuro, ¿Qué tendría que hacer? ¿A quien recurrir?

Génesis 32: 7Entonces Jacob tuvo gran temor, y se angustió; y distribuyó el pueblo que tenía consigo, y las ovejas y las vacas y los camellos, en dos campamentos. 8Y dijo: Si viene Esaú contra un campamento y lo ataca, el otro campamento escapará.

Si nos damos cuenta lo primero que hizo, fue utilizar su inteligencia y dispers óen dos a su gente, previendo que con ello cuando menos, se salvarían un parte de los suyos. El tiempo estaba en su contra, seguramente no tenía mucho tiempo para actuar, y su decisión la tuvo que hacer con premura, y ¿Ahora?

LA ORACIÓN DE YAACOV

Yaacov daría muestra de que verdaderamente era hijo de Hashem, ¿Cómo? Poniéndose en sus manos con la siguiente tefila -oración-: Génesis 32:9 Y dijo Jacob: Elohim de mi padre Abraham, y Elohim de mi padre Isaac, Hashem, que me dijiste: Vuélvete a tu tierra y a tu parentela, y yo te haré bien; 10menor soy que todas las misericordias y que toda la verdad que has usado para con tu siervo; pues con mi cayado pasé este Jordán, y ahora estoy sobre dos campamentos. 11Líbrame ahora de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque le temo; no venga acaso y me hiera la madre con los hijos. 12Y tú has dicho: Yo te haré bien, y tu descendencia será como la arena del mar, que no se puede contar por la multitud.

Mucho se ha especulado en cuanto a un patrón para la tefila -oración-, y si bien hay ciertas características comunes en las diferentes oraciones que se encuentran a lo largo de las Escrituras, en algunos casos no todas reunen los requisitos que algunos han dado por usar, y eso es lo importante, que nos demos cuenta de la diversidad de formas en como el hombre se ha comunicado con el Eterno y eso nos ayude y sobre todo nos de libertad de acción.

En el judaísmo contrariamente a otras corrientes religiosas se usa mas de las oraciones preestablecidas que están compiladas en el sidur -libro del órden de las oraciones- si bien existe la oración espontanea sin embargo no es la que prevalece. En el sidur se encuentran grandes porciones de las Sagradas Escrituras las cuales resultan muy efectivas por cuanto es pedirle a Hashem conforme a su voluntad para nosotros. Pero hay una pregunta interesante ¿Qué es lo que vemos en la Escrituras? Este ejemplo de Yaacov vale la pena considerarlo, y por supuesto tiempo falta para seguir considerando ejemplos y sobre todo profundizar en los diferentes tipos de oraciones que plantea las Sagradas Escrituras, pero este ejercicio será bueno para que en su momento tengas la oportunidad de analizar las diferentes oraciones con las que te encuentres en tu lectura de la Torah.

1) Hashem el destinatario y los méritos de sus hijos.

«Y dijo Jacob: Elohim de mi padre Abraham, y Elohim de mi padre Isaac» Si notamos es normal que en las Escrituras se comience no nada más enunciando al Eterno como el destinatario, sino también nombrando aquellos hombres que por sus méritos, se han ganado un sitio especial delante de Hashem, lo que provoca que al enunciarles, se este trayendo al presente ese grato olor que en su momento desprendieron para Hashem.

Gran parte del judaísmo tradicional aborrece cuando un creyente en Yehoshua – Jesús- termina sus oraciones diciendo: «En el nombre de Yehoshua te lo pido», pero lo que no se ha considerado, es que el hacerlo, es exactamente igual que estar enunciando a Abraham, Yaacov, etc. Ya que a final de cuantas estamos pidiendo como creyentes en Yehoshua, al Padre por los méritos de nuestro Mashiaj.

En esta ocasión Yaacov, le estaba recordando al Eterno, a su padre y a su abuelo, para que considerara hacer misericordia para con él a partir de lo que ellos habían hecho. Así que cuando oremos, «Enunciemos los meritos de Mashiaj».

2) Recordarle Sus promesas., Esta muestra en la Tefila de Yaacov, nos muestra una parte importante en toda petición para Hashem, es decir, si El nos ha prometido algo, no nos debemos privar el estarle recordando, y no es por que a Hashem se le haya olvidado, sino por cuanto el hombre al momento de traer a memoria Su promesa y decírsela, esta tomando conciencia de ello, y además se está fortaleciendo en la confianza que le da el hecho de que Hashem le haya prometido algo, así que si algo te prometió Hashem: «Dile Sus promesas»

«Hashem, que me dijiste: Vuélvete a tu tierra y a tu parentela, y yo te haré bien»

3) El reconocimiento de nuestra condiciónUna caracteristica importante en esta oración es que después de que Yaacov le recuerda su promesa, por otro lado también audiblemente está reconociendo que él, nada es delante de Hashem, y que lo que el Eterno ha hecho es solamente misericordia para con él. Así que cuando oremos: «Reconozcamos nuestra condición delante de El».

«Menor soy que todas las misericordias y que toda la verdad que has usado para con tu siervo; pues con mi cayado pasé este Jordán, y ahora estoy sobre dos campamentos»

4) La petición específicaAlgo que debemos hacer como hijos de Hashem es pedirle específicamente lo que deseamos, y es que desgraciadamente eso es dificil enncontrarlo en los hijos de Hashem, constantemente me encuentro a personas afligidas y les pregunto ¿Ya oraste Hashem? Responden Si, pero cuando le pregunto ¿Específicamente le has dicho tu deseo? habitualmente la respuesta es negativa, y es que encuentro gente que se comunica con el Eterno, pero que no ha sido enseñado(a) a pedirle algo específicamente.

«Líbrame ahora de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque le temo; no venga acaso y me hiera la madre con los hijos»,

¿Por qué tendríamos que pedirle específicamente por algo? La razón es que mientras nosotros no lo tengamos claro, difícilmente se nos va a conceder, ya que peticiones para Hashem son muchas, pero debemos acostumbrarnos a pedirle por peticiones especificas, y el ejemplo lo tenemos en Yaacov, ya que él le pide por su vida, por la de sus hijos y por supuesto por la de su esposa.

5) Para pedir algo especifico es mejor hallar un justificante en Su Palabra, después de que le pide específicamente por su vida y la de su familia, le da la razón del por que Hashem debería ayudarlo, ahora ¿De donde saco esta frase Yaacov? Por supuesto que de la voluntad de Hashem, él no tenía las Sagradas Escrituras, por lo que se serviría de su comunicación con Hashem, así como de las experiencias de sus antecesores, pero ¿Qué sucede con nostros? Baruj Hashem -Bendito Su Nombre- Tenemos a las Escrituras para servirnos de ellas y conocer entonces la voluntad de Hashem y con causa pedirlas.

«Y tú has dicho: Yo te haré bien, y tu descendencia será como la arena del mar, que no se puede contar por la multitud»

De ninguna manera esta es un modelo único de oración, ya que existen muchos ejemplos a lo largo de la Escritura, pero en definitiva ésta nos ayuda a adentrarnos en el mundo de la Tefila que más adelante trataremos.

Conclusión

Mucha gente cuando tiene alguna aflicción o alguna petición a Hashem, se sienta a esperar la respuesta del Eterno, y de ninguna manera «Hacen«, sin embargo eso no es lo correcto, ya que debemos nosotros de poner de nuestra parte para que el Eterno a partir de ello, cristalice nuestros deseos, y esto que escribo lo vemos precisamente con el ejemplo de Yaacov. En primer lugar Yaacov le envió presentes a su hermano: Génesis 32:13 Y durmió allí aquella noche, y tomó de lo que le vino a la mano un presente para su hermano Esaú: 14doscientas cabras y veinte machos cabríos, doscientas ovejas y veinte carneros, 15treinta camellas paridas con sus crías, cuarenta vacas y diez novillos, veinte asnas y diez borricos.

La forma en la que se lo darían era muy astuta, ya que cada manada avanzaría hacia Esav, pero estarían espaciadas, logrando con ello que poco a poco se ablandara el corazón de Esav.

Lo segundo que él hizo, fue que acomodo a su familia, de tal manera que los ojos de su hermano primeramente lo vieran a él, pero detrás de él, a su numerosa familia, logrando con ello aún mas quebrantarle el corazón a Esav.

Génesis 33:1 Alzando Jacob sus ojos, miró, y he aquí venía Esaú, y los cuatrocientos hombres con él; entonces repartió él los niños entre Lea y Raquel y las dos siervas. 2Y puso las siervas y sus niños delante, luego a Lea y sus niños, y a Raquel y a José los últimos. 3Y él pasó delante de ellos y se inclinó a tierra siete veces, hasta que llegó a su hermano.

No podríamos aseverar que tenía en mente Esav para con su hermano, pero las circunstancias parecieran que al tomar cuatrocientos hombres consigo, los utilizaría para aniquilar a su hermano, tampoco podremos saber con seguridad que tanto influyo la estrategia que Yaacov siguió para recibir a su hermano, pero de algo si estamos seguros, Hashem le respondió, y se sirvió de todo ello para lograr Su propósito.

Ahora que hemos aprendido un poco al respecto de la oración, prestemos atención a los siguientes pasukim – versículos- y pongamos por obra la voluntad de Hashem en nuestras vidas.

Filipenses 4:6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Elohim en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7Y la paz de Elohim, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Yehoshua HaMashiaj.

¡Shabat shalom!