Mirada humana

La información de esta porción está dirigida a los procedimientos más elementales, para ejercer una interpretación correcta de la Torah. Dichos elementos parecieran tan comunes, que algunas personas no encuentran interés en estos párrafos.

También se investigan los eventos para tener mayor entendimiento de los sucesos. Y como elemento de imitación de nuestro pueblo, llega la “necesidad” de tener un rey. Necesidad que nos llevó aun sin fin de dolores y errores, consecuencia lógica de haber dejado al Rey de reyes, en nuestros deseos como nación diferente.
Queda claro que las cosas de magia, brujería, adivinación son direcciones alternas. No tienen cabida entre nosotros.

Devarim/Deuteronomio 16:19 No tuerzas el derecho; no hagas acepción de personas, ni tomes soborno; porque el soborno ciega los ojos de los sabios, y pervierte las palabras de los justos.

Estas instrucciones son dirigidas a personas que ejercen cierto tipo de juicio entre nuestro pueblo. Personas sabias y justas.

Un sabio tiene la capacidad de resolver situaciones que tengan cierta confusión en su interpretación.
El consejo es, mientras esté un procedimiento de aclaración, no aceptar de los involucrados directos o indirectos, un soborno.

No sé si tengan la experiencia de aceptar algún soborno, con disfraz de regalo o presente, cuando se está aclarando un evento. Inmediatamente perdemos nuestra objetividad. Nos cuesta ejecutar de manera contundente una resolución.

Eso es lo que este pasuk nos comenta: “Un sabio, al recibir un soborno, se ciega”. ¿Cuánto más afectara a los que no son sabios?

Con el permiso del pasuk, entiendo que un sabio tiene una capacidad más grande para “ver”, que cualquier otro. Significa que algunos no alcanzamos a ver más allá de lo que tenemos enfrente. Por tanto, nuestra manera de “ver” las cosas es muy limitado.

Esto hizo que viera un punto fijo, y me repetía: “Aunque solo vea ello, estoy seguro de que existen más cosas que no logro percibir”. La sensación de presentimiento me hizo acompañar, y sentí como una grandeza muy poderosa, está impregnada en toda la vida.

Bereshit/Génesis 3:5 Mas sabe Elohim que el día que comiereis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como dioses sabiendo el bien y el mal.
Adam, el primer hombre, tiene dos etapas en lo referente a “ver”. Consideremos esto con unas preguntas:
Antes de que comiera el fruto, ¿no tenía los ojos abiertos?
Después de que comió el fruto, ¿sus ojos fueron “abiertos”?
Todos desde del evento del fruto, ¿tendríamos que tener los ojos abiertos?
¿En algún punto de la humanidad se perdió el tener los ojos “abiertos”?

Las respuestas guárdenlas, prosigamos en el análisis.
“Viéndolo” de otra manera, ¿no se tendría que poner atención sobre quien da el soborno? ¿Con qué intención lo da?
Imaginemos a un justo dando soborno para mantener su imagen ante los demás, ¿crees que esto es posible? No contesten, solo hay que “ver” lo anterior de nuestras vidas.

Como logran “ver”, en un juicio con el Eterno no se inventan culpables, no se siembra evidencia, no se tuerce la justicia. Un juicio no nos persigue, nosotros deberíamos buscarlo, perseguirlo, para poner en su justa dimensión nuestra responsabilidad. Un juicio debiera entenderse como buscar la paz con el Eterno.

Entendamos que en un punto de nuestra vida hemos perdido esa capacidad para “ver”. Ahora, con lo poco que “vemos”, no nos alcanza para entender y resolver todos aquellos sucesos que nos visitan.
Quiero ponerles un ejemplo con dos pasukim, que nos pueden generar ciertas reacciones no fáciles de controlar. Quizás porque todo nuestro ser se estimule solo con ver.

Según la ciencia se dice que: “Los millones de nervios que van al cerebro se combinan para formar un nervio óptico”, este nervio óptico es un elemento importante para poder ver.
Reaccionamos ante el ambiente según nuestra forma de “ver” la vida, según la calidad de información que tenemos.
Con poca información, nuestra reacción puede ser en ocasiones pasiva y en otras explosiva (extrema).
Al tener más información, nuestra reacción es de ayudar, corregir, comprender.

Melajim alef/1Reyes 11:6 E hizo Shlomoh lo malo en los ojos del Señor, y no fue cumplidamente tras el Señor como David su padre.

Melajim alef/1Reyes 15:11 Y Asa hizo lo recto ante los ojos del Señor, como David su padre.

De manera personal, el nombre de Shlomoh dio peso y me incliné por construir un proceso de defensa. Solo bastó su nombre para anular el del segundo personaje.

La Tora recomienda que no “veamos” las caras. Dando a entender que en un juicio no importa quién esté involucrado, todos tienen el mismo derecho, todos parten del mismo punto. No por ser más importante uno que otro, tienen ventaja.

Necesitamos más información para “ver” mejor. No juzguemos según nuestra mirada humana. Busquemos la reconciliación que el Eterno dejó incrustada en la estructura de un juicio.

Conclusión

Aprendamos a “ver” mejor. El primer ejercicio es buscar a las autoridades y contarles cuantas dudas tengan en los procederes de sus vidas. Si sientes que lo que estás haciendo esta “mal”, deja que alguien te ayude a “ver” mejor las cosas, quizás te estés culpando de algo que no procede.

Busca sentirte libre, deja tu mirada humana y ejerce la capacidad de “abrir tus ojos”.

Shabat shalom!

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