Mi fortaleza

Esta porción tiene un eje impresionante: “El partimiento del mar rojo”. Lo acompaña un cantico adornado con palabras que, en un orden especial, tienen una profundidad, objeto de interpretaciones, con perspectivas que parecieran estar lejos una de otra; pero en realidad, están construyendo una imagen compleja, para entender el poderío de nuestro Elokim.

Haremos el intento de entender un panorama que nuestros Sabios logran ver, a la luz del cantico.
Shemot/Éxodo 15:2 Mi fortaleza y el canto de Elokim, fue para mí para salvación este es mi Elokim y lo embelleceré el Elokim de mi padre y lo enalteceré.

Una segunda interpretación:
“El vigor y el poder exterminador de Elokim ha sido mi salvación, este es mi Elokim y lo embelleceré, el Elokim de mi padre y lo exaltare”.

Estas interpretaciones son parte de los entendimientos de nuestros Sabios, donde la dedicación y esmero encontraron una muralla, no para separar, sino para mostrar o exhibir una explicación de la imagen que logró ver nuestro pueblo.
La fonética “Ozi vezimrat”, que traducen como: “Mi fortaleza y el canto” o “El vigor y poder exterminador”, para algunos es un diseño de la Torah en sonido, dado en un lenguaje especial, sin referencia semejante en algún otro lado de la Torah.
Para otros grandes Sabios, es el sentido gramatical.

Sus posturas nos dejan apreciar que esta clase de “fortaleza” no tiene un sentido lineal, ni punto de apoyo, tampoco caballos de fuerza o medición. Bien podríamos decir que es el único momento donde la fortaleza tuvo ciertos tintes de efectos primarios y secundarios.

Tehilim/Salmos 74:13 Tú hendiste el mar con Tu fortaleza; quebrantaste las cabezas de los dragones en las aguas.
Quizás los ojos de nuestro pueblo veían una clara aplicación de la fortaleza Divina. Era como sentir, ver y oír hablar algo que no se entiende con un cerebro simple, sino con la esencia de lo eterno, que está atrapada entre nuestra existencia.

Tehilim/Salmos 62:11 Una vez habló el Eterno; dos veces he oído esto: Que del Eterno es la fortaleza.
Esta pequeña porción, es una gran puerta donde todas las fuerzas y sus intensidades fueron dibujadas. Comprendieron que este momento fue la explicación de su origen. Las fuerzas no son independientes, tienen un Padre.

Para recrear un poco más esta nota veamos el siguiente pasuk:
Jabakuk/Habacuc 3:4 Y su resplandor fue como la luz; cuernos le salían de su mano; y allí estaba escondida su fortaleza.
Este es un ejemplo de cómo algunos ven salir la fortaleza de Su mano, como resplandor, como una luz. El cántico no configura esta clase de imagen, va más allá de lo simbólico. Es como traer un pedazo de los cielos y desatar el poder absoluto en ese trazo, para que pudiera soportar en este plano terrenal, semejante evento.

Este escenario estuvo fuera de la realidad cotidiana. Era como tener cerca la morada del Creador:
Dibre hayamim alef/1Cronicas 16:27 Potencia y hermosura están delante de Él; fortaleza y alegría en su morada.

Un evento así, es la consecuencia de entender un poder exterminador, ante un enemigo declarado. Es un detonador de un canto, con las ganas de declarar lo que el corazón no entiende y lo que la mente no descifra, pero es necesario retratar con lo que se tiene ese momento. Mosheh lo hizo, lo plasmó con todo lo que es necesario ver y entender.
Ahora pidamos al Eterno nos regale luz para disfrutar cada día de nuestra vida, un nuevo capítulo de entendimiento sobre este esplendido canto, para renovar nuestras fuerzas, dando alegría con canticos nuevos en nuestro corazones. Cantos sabios e inteligente, que busquen conexión de lo alto, de lo sublime; que nos ayude a entender quién es Él, quien nos mantiene, no importa qué etapa de la vida estemos viviendo. Ya sea con triunfo o sin él, piensa qué es lo que te mantiene de pie, lo que te mantiene luchando.
Yob/Job 12:16 Con Él está la fortaleza y la existencia; suyo es el que yerra, y el que hace errar.

Shabat shalom

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