La Pureza

Metzorá
7 de Nisan de 5765
16 de abril del 2005
Vayikrá / Levítico 14:1-15:33

Rav Mijael Avila «Shlita»
Sinagogas Bet HaDerej
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Introducción


Levítico 14:1 Y habló el Eterno a Moisés, diciendo: 2. Esta será la ley tocante al leproso, en el día de su purificación, cuando será llevado al sacerdote


Vayikrá 14:1 Vayedaber Adonay el-Moshe lemor 2 Zot tihyeh torat hametsora beyom tahorato vehuva el-hakohen

La semana pasada estudiamos un tema relacionado con la impureza, del hebreo: Tamé, hoy complementaré el tema tratando con su opuesto, es decir con lo puro, del hebreo: Tohar, esta palabra es un sustantivo masculino, su verbo es: taher, y el adjetivo es: tahor.
David Hamelej escribía inspirado por el Rúaj Hakódesh en el libro de Tehilim –Salmos-:

Salmos 51:2 Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado.
¿A que se referirá David cuando le pide al Eterno que lo limpié? Veamos un poco al respecto de este tema titulado: «La pureza».
Temas de la Perashát
Primera Alía (14:1 – 14:12)

Esta Alía habla acerca de la ley para el metzorá -enfermo de lepra- cuando se limpiare y cómo deberá realizarse su pureza ceremonial

Segunda Alía (14:13 -20)

El cohen degollará al cordero y realizará el esparcimiento de la sangre sobre la persona que se limpiará.

Tercera Alía (14:21 – 32)

El Eterno da la alternativa para la purificación para aquellas personas de escasos recursos al respecto de cómo deberán purificarse.
Cuarta Alía (14:33 – 53)

Cuando nuestro pueblo entre a la tierra prometida deberá observar la plaga si acaeciere sobre las casas, notificándolo al cohen para que la examine.
Quinta Alía (14:54 – 15:15)

Hashem da instrucciones a Moshé y Aarón al respecto de los hombres que tuvieren flujo de semen y al tenerlo se convertirían en inmundos, así como la explicación del periodo que debía guardar para volverse puro.
Sexta Alía (15:16 – 28)

Continúa la explicación de la contaminación que provoca el que tiene la emisión de semen, así como la impureza que recae sobre la mujer que tiene flujo de sangre.
Séptima Alía (15:29 – 30)

Después del octavo día la mujer que tuviere flujo de sangre deberá ofrecer dos tórtolas para su purificación.

Enseñanza
La palabra tahor, la traducen como: puro limpio. Veíamos la semana pasada que sería el opuesto a tamé, su referencia puede implicar un estado de impureza (tamé) o de pureza (tahor) en el caso de ambos, que redunden en lo físico o bien en lo espiritual, nos encontramos lo siguiente en el Brit Jadashá –Pacto Renovado-:

Hebreos 9:13 Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los impuros, santifican para la purificación de la carne,
Si notaste, al final del pasuk establece que las cenizas de la vaca alazana sobre los tumá –impuro- sólo purificaban -taher- la carne, es decir, esto concretamente realizaba el proceso de purificación de la carne, no obstante existe la impurificación espiritual como lo vimos la semana pasada. Veamos algunos ejemplos en el caso de un varón que tuvo emisión de semen:

Levítico 15:13 Cuando se hubiere limpiado –taher- de su flujo el que tiene flujo, contará siete días desde su purificación, y lavará sus vestidos, y lavará su cuerpo en aguas corrientes, y será limpio –taher.
Si advertiste, por un lado indica la frase: “cuando se hubiere limpiado”, haciendo referencia al hecho físico en el que el flujo cesó; ahora bien, una vez que sucede eso, deben transcurrir siete días y entonces lavará su cuerpo, frase que denota a la: tevilá –inmersión- tal y como lo explicaré en este estudio, es definitivo que primero ocurrió la limpieza física y posteriormente la limpieza espiritual a la cual algunos la llaman: ceremonial.

Lee los siguientes versículos en donde se ven claramente dos momentos de purificación:

Números 19:12 Al tercer día se purificará con aquella agua, y al séptimo día será limpio; y si al tercer día no se purificare, no será limpio al séptimo día.
Números 19:19 Y el limpio rociará sobre el inmundo al tercero y al séptimo día; y cuando lo haya purificado al día séptimo, él lavará luego sus vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será limpio a la noche.


Números 31:24 Además lavaréis vuestros vestidos el séptimo día, y así seréis limpios; y después entraréis en el campo.

Un ejemplo perfecto de limpieza o tahor es cuando llegaba Yom Hakipurim: el día de expiaciones, en ese día una vez que se efectuaba la expiación nuestro pueblo experimentaba una limpieza, que en este caso se presentaba mediante una teshuvá –arrepentimiento-, todo el pueblo se veía obligado a realizar:

Levítico 16:30 Porque en este día se hará expiación por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Hashem.


Ejemplo de Cosas Que Nos Tenemos Que Limpiar

La semana pasada incluí en el estudio todas las prácticas en las que nuestro pueblo se impurificaba, desde luego que por cada una de ellas lo correspondiente era el limpiarse o taher, te pido que consideres esa lista que es más extensa que la que voy a presentar a continuación haciéndolo sólo como referencia:
a) La mujer necesitaba purificarse si tenía flujo de sangre:

Levítico 12:7 y él los ofrecerá delante de Hashem, y hará expiación por ella, y será limpia del flujo de su sangre. Esta es la ley para la que diere a luz hijo o hija.
b) El contacto con dioses extraños requiere una purificación:

Génesis 35:2 Entonces Jacob dijo a su familia y a todos los que con él estaban: Quitad los dioses ajenos que hay entre vosotros, y limpiaos, y mudad vuestros vestidos.
c) La persona que es limpiada de tzaraat –lepra- será declarado taher por el cohen:

Levítico 13:6 Y al séptimo día el sacerdote le reconocerá de nuevo; y si parece haberse oscurecido la llaga, y que no ha cundido en la piel, entonces el sacerdote lo declarará limpio: era erupción; y lavará sus vestidos, y será limpio.
d) El varón que emite flujo de semen necesita purificarse:

Levítico 15:13 Cuando se hubiere limpiado –taher- de su flujo el que tiene flujo, contará siete días desde su purificación, y lavará sus vestidos, y lavará su cuerpo en aguas corrientes, y será limpio –taher-.
e) El que come animal despedazado igualmente se deberá purificar:

Levítico 17:15 Y cualquier persona, así de los naturales como de los extranjeros, que comiere animal mortecino o despedazado por fiera, lavará sus vestidos y a sí misma se lavará con agua, y será inmunda hasta la noche; entonces será limpia.

d) Las personas relacionadas con la idolatría necesitan la purificación:

2 Crónicas 34:3 A los ocho años de su reinado, siendo aún muchacho, comenzó a buscar al Elohym de David su padre; y a los doce años comenzó a limpiar a Judá y a Jerusalem de los lugares altos, bosques, esculturas, e imágenes de fundición.


¿A Través de Qué Nos Podemos Purificar?

Esta pregunta tiene tres elementos principales: la ofrenda, el agua y el fuego. Veamos su respectivo capítulo y versículo:
a) A través de un korbán –ofrenda-:

Levítico 14:4 el sacerdote mandará luego que se tomen para el que se purifica dos avecillas vivas, limpias, y madera de cedro, grana e hisopo.
b) Por fuego o por agua:

Números 31:23 todo lo que resiste el fuego, por fuego lo haréis pasar, y será limpio, bien que en las aguas de purificación habrá de purificarse: mas haréis pasar por agua todo lo que no aguanta el fuego.
Me he referido hasta el momento a las personas como un ente que requiere purificarse o limpiarse, también lo pueden llegar a necesitar objetos o elementos que requieren estar en contacto con las cosas santas, leamos los siguientes pasukim:

Nehemías 12:30 Y se purificaron los sacerdotes y los levitas; y purificaron al pueblo, y las puertas, y el muro.


Como acabamos de leer, tanto las puertas como los muros pasaron por el proceso de purificación, al igual que las cámaras del Bet Hamikdash como lo leeremos a continuación:

Nehemías 13:9 y dije que limpiasen las cámaras, e hice volver allí los utensilios de la casa de Elohym, las ofrendas y el incienso.
La gran mayoría de impurificaciones se limpiaban a través del agua, ¿como era esto?, a través de la tevilá –inmersión-, no obstante que en los versículos sólo nos encontremos con la frase: “lavará su cuerpo”:
Levítico 14:9 Y el séptimo día raerá todo el pelo de su cabeza, su barba y las cejas de sus ojos y todo su pelo, y lavará sus vestidos, y lavará su cuerpo en agua, y será limpio.
¿Cómo estoy seguro de esto? Bien, existe una referencia importante que une a la frase: “lavar el cuerpo” con la tevilá, la que por cierto es conocida por algunos como: bautismo, pero que en su concepto difiere de la práctica Escritural. Habitualmente la gente con un trasfondo cristiano piensa que este hecho sólo se realiza una vez en la vida, esto es incorrecto porque a lo largo de la vida se realiza incontables veces; por ejemplo: cada vez que se acerca una fiesta, o un shabbath, o la mujer termina su menstruación, etc. etc. En el caso de una fiesta como Pésaj –pascua- se vio la necesidad de instaurar un segundo pésaj precisamente por esta impurificación que vivía el pueblo como lo leeremos a continuación:

2 Crónicas 30:17 porque había muchos en la congregación que no estaban santificados, y por eso los Levitas sacrificaban la pascua por todos los que no se habían limpiado, para santificarlos a Hashem.

Regresemos al hecho de la relación de: “lavar el cuerpo” con la tevilá. Existe el caso de Naamán, un varón enfermo de lepra o tzaraát que acudiendo con el profeta Elisha –Eliseo- le pide que lo sane, éste le dice lo siguiente a través de un mensajero:

2 Reyes 5:10 Entonces Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Ve y lávate siete veces en el Jordán, y tu carne se te restaurará, y serás limpio.
Él, al ignorar la doctrina de inmersiones, se pregunta:

2 Reyes 5:12 Abana y Farfar, ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas de Israel? Si me lavare en ellos, ¿no seré también limpio? Y se volvió, y se fue enojado.
No obstante sus siervos lo instaron a reconsiderarlo:

2 Reyes 5:13 Mas sus criados se le acercaron y le hablaron diciendo: Padre mío, si el profeta te mandara alguna gran cosa, ¿no la harías? ¿Cuánto más, diciéndote: Lávate, y serás limpio?
Si observaste los detalles de los versículos te habrás dado cuenta que también aparece la palabra: “lavarse”, ¿qué implicaba esta palabra?, ¿tomar un jabón y tallarse? Leamos:

2 Reyes 5:14 El entonces descendió, y se zambulló siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del varón de Elohym; y su carne se volvió como la carne de un niño, y quedó limpio.
No tomó su jabón, sino que ceremonialmente se sumergió y al hacerlo, su carne fue restaurada, con ese hecho relacionamos precisamente a la inmersión en el hebreo: Tevilá con el lavado ceremonial requerido para la purificación, cuando ésta implicaba agua, como el caso de la mujer que menstruó o con el varón que tuvo flujo de semen.
¿Cuál es la intención detrás de esta purificación requerida? Yehoshua HaMashíaj –El Mesías- nos abre la comprensión para entenderlo:

Juan 15:2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.

¡Seremos útiles al Eterno en la medida que nos limpiemos!
¿Serviría de algo que el Eterno haya puesto esta enseñanza en Su Palabra si no tuviera una forma práctica de ejecutarse o de vivirse?, de nada. Es enfático que el Eterno haya hecho que los ministros, como en el caso de los cohanim –sacerdotes-, fueran los primeros que deberían de aprender a distinguir lo tamé de lo tahory éstos a su vez lo deberían transmitir al pueblo:

Ezequiel 44:23 Y enseñarán a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y les enseñarán a discernir entre lo limpio y lo no limpio.
Obviamente hay algo elemental que existe detrás de este hecho, para ejercitarnos en pureza es indispensable cuidar lo que comemos: distinguiendo entre lo tahor y tamé:

Levítico 11:47 para hacer diferencia entre lo inmundo y lo limpio, y entre los animales que se pueden comer y los animales que no se pueden comer.


Levítico 20:25 Por tanto, vosotros haréis diferencia entre animal limpio e inmundo, y entre ave inmunda y limpia; y no contaminéis vuestras personas con los animales, ni con las aves, ni con nada que se arrastra sobre la tierra, los cuales os he apartado por inmundos.


Deuteronomio 14:20 Toda ave limpia podréis comer.

En la medida que nos quitemos todo obstáculo que impide nuestro andar, estaremos más sensibles a los deseos de Aquel que nos ha tomado como Suyos.
Conclusión
Mucha gente pudiera enseñar y por lo tanto creer que esto que enseño no tiene sentido en la actualidad; sin embargo, debemos reflexionar en que fue algo que el Eterno siempre le reprochó a Su pueblo y desde luego a sus sacerdotes, el siguiente versículo es pertinente por todo lo que representa:

Ezequiel 22:26 Sus sacerdotes violaron mi ley, y contaminaron mis santuarios; entre lo santo y lo profano no hicieron diferencia, ni distinguieron entre inmundo y limpio; y de mis días de reposo apartaron sus ojos, y yo he sido profanado en medio de ellos.
Si enumeramos las fallas encontradas en el verso, notaremos la necesidad de obedecer al Eterno, específicamente, en lo que Él quiere:
1) Violaron Su Ley.

2) Contaminaron su santuario.

3) No hicieron diferencia entre lo santo y lo profano.

4) No distinguieron entre lo impuro –tamé- y lo puro –tahor-.

5) Apartaron sus ojos de los sábados.

6) El Eterno fue profanado por todo lo anterior.
Te pido que de esa lista taches lo que no haces para que te des cuenta en lo que debes mejorar.
No se engañen, nada que el Eterno haya llamado impuro, incluyendo a los animales, alguien lo puede purificar:

Job 14:4 ¿Quién hará limpio a lo inmundo? Nadie.

¡Shabbath Shalom!

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