Jerusalem de oro

La perashah – porción semanal abre con el siguiente texto:
Devarim – Deuteronomio 11: 26 – 28 He aquí, hoy pongo delante de vosotros una bendición y una maldición: la bendición, si escucháis los mandamientos del SEÑOR vuestro Eloh-m que os ordeno hoy; y la maldición, si no escucháis los mandamientos del SEÑOR vuestro Eloh-m, sino que os apartáis del camino que os ordeno hoy, para seguir a otros dioses que no habéis conocido.

¿Quién es el responsable de que nos vaya bien en este olam hazeh – mundo actual? Podríamos pensar que es la responsabilidad del Eterno. Sin embargo, estos pasukim – versículos nos dan una óptica diferente. Depende de nosotros.
Él nos da la bendición, si tenemos el cuidado de cumplir todos los jukim – estatutos y mishpatim – juicios que ha puesto delante nuestro.

Devarim – Deuteronomio 1 Estos son los estatutos y los juicios que observaréis cuidadosamente en la tierra que el SEÑOR, El Eloh-m de tus padres, te ha dado para que la poseas todos los días que viváis sobre su suelo.

¿Como cuáles?
Devarim – Deuteronomio 5 – 7 sino que buscaréis al SEÑOR en el lugar en que el SEÑOR vuestro Eloh-m escoja de todas vuestras tribus, para poner allí su nombre para su morada, y allí vendréis. 6 Y allí traeréis vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, la contribución de vuestra mano, vuestras ofrendas votivas, vuestras ofrendas voluntarias, y el primogénito de vuestras vacas y de vuestras ovejas. 7 Allí también vosotros y vuestras familias comeréis en presencia del SEÑOR vuestro Elohim, y os alegraréis en todas vuestras empresas en las cuales el SEÑOR vuestro Elohim os ha bendecido.

Todos identificamos Canan, pero, ¿dónde es “allí”? Todos identificamos a Yerushalaim shel zahav – Jerusalem de oro, pero ningín versículo del Sefer Torah habla de ella.

Yerushalaim es el tema central de la perashah Reeh, y creo que para cada uno de nosotros. Pero, si no es mencionada en la Torah del Eterno, ¿por qué tenemos en mente su importancia? ¿Qué pensaron nuestros padres?

Cuando hablamos de Jerusalem, lo relacionamos con dos aspectos:
– Su ubicación geográfica
– Su función como la ciudad donde gira la vida judía

El segundo aspecto es claro.
Devarim – Deuteronomio 23 Y comerás en la presencia del SEÑOR tu Eloh-m, en el lugar que Él escoja para poner allí Su Nombre, el diezmo de tu grano, de tu mosto y de tu aceite, y los primogénitos de tus vacas y de tus ovejas, para que aprendas a temer siempre al SEÑOR tu Eloh-m.

¿Qué hay del primero y cómo sabemos que es Jerusalem?
Devarim – Deuteronomio 6: 1- 3 Estos, pues, son los mitzvot – mandamientos, los jukim – estatutos y los mishpatim – juicios que el SEÑOR vuestro Eloh-m me ha mandado que os enseñe, para que los cumpláis en la tierra que vais a poseer, 2 para que temas al SEÑOR tu Eloh-m, guardando todos Sus jukim y Sus mitzvot que yo te ordeno, tú y tus hijos y tus nietos, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados. 3 Escucha, pues, oh Israel, y cuida de hacerlo, para que te vaya bien y te multipliques en gran manera, en una tierra que mana leche y miel, tal como el SEÑOR, el Eloh-m de tus padres, te ha prometido.

En el Sefer Devarim – Libro de Deuteronomio encontramos dos secciones:
– La primera que inicia en 6:4 y concluye en 11:31, donde habla de mandamientos.
– La segunda que inicia en 12:1 y concluye en 26:19, donde habla de estatutos y juicios.

La primer sección establece cómo debe ser nuestro comportamiento hacia el Eterno nuestro Eloh-m:
Devarim – Deuteronomio 7:1 – 3 Cuando el SEÑOR tu Eloh-m te haya introducido en la tierra donde vas a entrar para poseerla y haya echado de delante de ti a muchas naciones: los hititas, los gergeseos, los amorreos, los cananeos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos, siete naciones más grandes y más poderosas que tú, y cuando el SEÑOR tu Eloh-m los haya entregado delante de ti, y los hayas derrotado, los destruirás por completo. No harás alianza con ellos ni te apiadarás de ellos. Y no contraerán matrimonio con ellos; no darás tus hijas a sus hijos, ni tomarás sus hijas para tus hijos.

Devarim – Deuteronomio 10: 19 – 20 Mostrad, pues, amor al extranjero, porque vosotros fuisteis extranjeros en la tierra de Egipto. Temerás al SEÑOR tu Eloh-m; le servirás, te allegarás a Él y sólo en Su Nombre jurarás.

La segunda sección establece cómo debe ser nuestro comportamiento como nación, y ser dignos representantes de El Eterno nuestro Eloh-m:
Devarim – Deuteronomio 14:1 – 2 Vosotros sois hijos del SEÑOR vuestro Eloh-m; no os sajaréis ni os rasuraréis la frente a causa de un muerto. Porque eres pueblo santo para el SEÑOR tu Eloh-m; y el SEÑOR te ha escogido para que le seas un pueblo de su exclusiva posesión de entre los pueblos que están sobre la faz de la tierra.

Devarim – Deuteronomio 15: 1 – 2 Al cabo de cada siete años harás remisión de deudas . Así se hará la remisión: todo acreedor hará remisión de lo que haya prestado a su prójimo; no lo exigirá de su prójimo ni de su hermano, porque se ha proclamado la remisión del SEÑOR.

Estos estatutos y juicios son prácticos. Inician en Reeh y continúan hasta Ki tavo.
Tenemos un Eloh-m de orden. Este orden se presenta en el Sefer Devarim. Inicia en:
Devarim – Deuteronomio 12:1 Estos son los estatutos y los decretos que observaréis cuidadosamente en la tierra que el SEÑOR, el Eloh-m de tus padres, te ha dado para que la poseas todos los días que viváis sobre su suelo.

1. Destruir totalmente los sitios donde las naciones adoran a sus ídolos, los montes altos, sobre las colinas y debajo de todo árbol frondoso, tenemos que borrar sus nombres.
2. No debemos adorar al Eterno nuestro Eloh-m como ellos lo hacen, en muchos lugares ni a través de imágenes.
3. Debemos adorar al Eterno en el sitio que Él escoja.
4. A ese lugar debemos llevar nuestros olot, zebajim, mazerot, terumot, nedarim, nedabot, y los bikurim de nuestras vacas y ovejas.
5. Al cruzar el río Jordán, debemos llevar todo al lugar que el SEÑOR nuestro Eloh-m ha escogido para morada de Su Nombre.
6. Debemos cuidarnos de no hacer las cosas en cualquier lugar que se nos antoje.

Noten que la primera orden es, transformar eretz Kanaan – tierra de Canan, en la tierra donde resida el Nombre de El Eterno. Ello se vuelve en el tema principal de esta perashah. No solo debemos destruir los sitios y borrar el nombre de sus ídolos, también debemos de establecer como nuestro centro religioso, ese lugar.

La tabla siguiente muestra las diferentes porciones y el tema con que se relaciona:

Este lugar donde llevaremos todas nuestras ofrendas y convertiremos en nuestro centro religioso, debemos visitarlo varias veces al año.
Cuando estaba en pie, teníamos la obligación de hacer un peregrinaje en durante las fiestas relacionadas con la agricultura.

Al ser un pueblo agricultor, no solo debíamos llevar nuestros primeros frutos, también el 10% de nuestras cosechas para comerlas y compartirlas ahí.
Como pueblo ganadero, no solo debíamos llevar a los primogénitos de nuestros animales, también el 10% de nuestros ganados.
Si algo no era simple de juzgar, se tenía que ir a este lugar para que el juez diera un juicio correcto.

Este lugar se volvía en nuestro centro nacional de desenvolvimiento. Al ser visitado constantemente, El Eterno se aseguraba de la unidad de Su pueblo. Es probable que sin él, en lugar de tener 12 tribus, existirían doce religiones.

Además, este centro serviría como un lugar de justicia, juicio y enseñanza de Torah. Mejoraría la espiritualidad de cada individuo.

Devarim – Deuteronomio 14:22 – 23 Diezmarás fielmente todo el producto de tu sementera, lo que rinde tu campo cada año. Y comerás en la presencia del SEÑOR tu Eloh-m, en el lugar que Él escoja para poner allí Su Nombre, el diezmo de tu grano, de tu mosto y de tu aceite, y los primogénitos de tus vacas y de tus ovejas, para que aprendas a temer siempre al SEÑOR tu Eloh-m.

Para aprender a temer al Eterno, tendríamos que diezmar nuestras ganancias y comerlo en Su Presencia en ese lugar.
¿Por qué comer nos haría temer al Eterno? Será tema de otra charla.

Hasta el momento, en ningun versiculo se ha mencionado el nombre de la ciudad o de tal lugar. En nuestros días sabemos es Jerusalem y la Casa del Eterno, el Bet HaMikdash.
¿Cuál es el objetivo de visitar y visitar este lugar?
Devarim – Deuteronomio 31:10 – 13 Entonces Mosheh les ordenó, diciendo: Al fin de cada siete años, durante el tiempo del año de la remisión de deudas, en la fiesta de los tabernáculos, cuando todo Israel venga a presentarse delante del SEÑOR tu Eloh-m en el lugar que Él escoja, leerás esta ley delante de todo Israel, a oídos de ellos. Congrega al pueblo, hombres, mujeres y niños, y al forastero que está en tu ciudad, para que escuchen, aprendan a temer al SEÑOR tu Eloh-m, y cuiden de observar todas las palabras de esta ley. Y sus hijos, que no la conocen, la oirán y aprenderán a temer al SEÑOR vuestro Eloh-m, mientras viváis en la tierra adonde vosotros vais, cruzando al otro lado del Jordán para poseerla.

Mishle – Proverbios 1:7 El temor del SEÑOR es el principio de la sabiduría; los necios desprecian la sabiduría y la instrucción.

La función de este lugar es, aprender a temer al Eterno. Con ello, en nuestras mentes y corazones obtendremos bendición, al escuchar los mandamientos del SEÑOR nuestro Eloh-m.

El Sefer Devarim – Libro de Deuteronomio, no establece la ubicación exacta de este lugar, solo hace referencia de que El Eterno hará reposar allí Su nombre.
Tehillim – Salmos 145:18 El SEÑOR está cerca de todos los que le invocan, de todos los que le invocan en verdad.

El Eterno solo mostrará la ubicación del sitio, si realmente lo buscamos. Cuando como nación hagamos una búsqueda real del Eterno, Él mostrará en donde se construirá el Mikdash.

A pesar de las conquistas militares, la generación de Yehoshua no tuvo éxito en establecer un lugar permanente. Construyeron un Mishkan en la ciudad de Shilo. Allí permaneció bastante descuidado en el tiempo de los jueces. Finalmente fue destruido por filisteos. El Mishkan y el Aron estuvieron de ciudad en ciudad. Con el rey David, por primera vez se aspiró a construir un sitio.
Divrei Hayamim alef – primera de Crónicas 13:1 – 3 Entonces David consultó con los capitanes de millares y de centenas, es decir, con todos los jefes. Y David dijo a toda la asamblea de Israel: Si os parece bien, y si es del SEÑOR nuestro Eloh-m, enviemos mensaje a todas partes, a nuestros parientes que permanecen en toda la tierra de Israel, y también a los sacerdotes y a los levitas que están con ellos en sus ciudades y tierras de pastos, para que se reúnan con nosotros; y traigamos a nuestro lado el arca de nuestro Eloh-m, porque no la consultamos en los días de Shaúl.

Shemuel bet – segunda de Samuel 7:1 – 6 Sucedió que cuando el rey ya moraba en su casa, y el SEÑOR le había dado descanso de sus enemigos por todos lados, el rey dijo al profeta Natán: Mira, yo habito en una casa de cedro, pero el arca de Eloh-m mora en medio de cortinas. Entonces Natán dijo al rey: Ve, haz todo lo que está en tu corazón, porque el SEÑOR está contigo. Y sucedió que esa misma noche la palabra del SEÑOR vino a Natán, diciendo: Ve y di a mi siervo David: «Así dice el SEÑOR: `¿Eres tú el que me va a edificar una casa para morar en ella? `Pues no he morado en una casa desde el día en que saqué de Egipto a los hijos de Israel hasta hoy, sino que he andado errante en una tienda – ohel, en un tabernáculo – mishkan.

Para el rey David, se vuelve una prioridad nacional llevar el Arca a la ciudad de Jerusalem. Si bien no construye el Bet Hamikdash, establece el lugar: el monte Moriah.

Conclusión

Hasta aquí hemos visto la importancia de Yerushalaim shel zahav, aunque nunca es mencionada con ese nombre, al Eterno le plació que fuera allí de donde saldría Su Palabra. Un lugar donde aprenderíamos a temerle. ¿Cómo? Haciendo misericordia y justicia.

Debido a nuestras iniquidades hemos perdido este centro neurálgico de nuestra vida diaria. Año tras año volvemos a leer en el servicio de Yom Kippur, cuan bellos eran los servicios que allí se ofrecían. Estamos llenos de llagas, de enfermedades a las cuales les buscamos solución, sin darnos cuenta que somos los causantes de que estos males caigan sobre nosotros.

¿Cuántos queremos que Yerushalaim sea reconstruida prontamente y en nuestros días?
¿Cuántos ya derribamos los templos y borramos los nombres de los ídolos en nosotros?
¿Cuántos nos estamos preparando para escuchar y hacer la voluntad del Eterno?

Yirmiyahu – Jeremías 7:1 – 7 Palabra que vino a Yirmiyahu de parte del SEÑOR, diciendo: Párate a la puerta de la Casa del SEÑOR y proclama allí esta palabra, y di: «Oíd la palabra del SEÑOR, todos los de Yehudah, los que entráis por estas puertas para adorar al SEÑOR. Así dice el SEÑOR de los ejércitos, el Eloh-m de Israel: Enmendad vuestros caminos y vuestras obras, y os haré morar en este lugar. No confiéis en palabras engañosas, diciendo: «Este es el templo del SEÑOR, el templo del SEÑOR, el templo del SEÑOR. Porque si en verdad enmendáis vuestros caminos y vuestras obras, si en verdad hacéis justicia entre el hombre y su prójimo, y no oprimís al extranjero, al huérfano y a la viuda, ni derramáis sangre inocente en este lugar, ni andáis en pos de otros dioses para vuestra propia ruina, entonces os haré morar en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres para siempre.

¿Queremos recibir las bendiciones del Eterno?, ¿que cure nuestros males?, ¿que nos haga justicia?, ¿que cumpla los deseos de nuestro corazón? ¿que llene nuestras alacenas y no nos falte dinero?
A través de esta charla hemos visto la receta, la cual se puede resumir en la siguiente frase de la tradición de nuestro pueblo: «Rabán Gamliel solía decir: Haz Su voluntad como si fuera la tuya, para que Él haga tu voluntad como si fuera la Suya. Anula tu voluntad ante la Suya, para que Él anule la voluntad de otros ante tu voluntad».

Dejemos de ser pensadores y comencemos hoy a hacer las cosas diferente, para que Yerushalaim sea reconstruida prontamente y en nuestros días, ¡Amen!

Shabat shalom!

Deja una respuesta