Haftará Behalotejá

Enciendas

11 de Sivan de 5765
18 de junio del 2005
Bamidbar / Números 8:1-12:16

Rav Mijael Avila «Shlita»
Rabino de las Sinagogas Bet HaDerej

Lectura.

Zacarías 2:14 (En la RV 2:10-4:7) Canta y alégrate, hija de Sion; porque he aquí vengo, y moraré en medio de ti, ha dicho Hashem Y se unirán muchas naciones a Hashem en aquel día, y me serán por pueblo, y moraré en medio de ti; y entonces conocerás que Hashem de los ejércitos me ha enviado a ti. 15 Y Hashem poseerá a Judá su heredad en la tierra santa, y escogerá aún a Jerusalén. 16 Calle toda carne delante de Hashem; porque él se ha levantado de su santa morada.

3:1 Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel de Hashem, y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle. 2 Y dijo Hashem a Satanás: Hashem te reprenda, oh Satanás; Hashem que ha escogido a Jerusalén te reprenda. ¿No es éste un tizón arrebatado del incendio? 3 Y Josué estaba vestido de vestiduras viles, y estaba delante del ángel. 4 Y habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él le dijo: Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala. 5 Después dijo: Pongan mitra limpia sobre su cabeza. Y pusieron una mitra limpia sobre su cabeza, y le vistieron las ropas. Y el ángel de Hashem estaba en pie. 6 Y el ángel de Hashem amonestó a Josué, diciendo: 7 Así dice Hashem de los ejércitos: Si anduvieres por mis caminos, y si guardares mi ordenanza, también tú gobernarás mi casa, también guardarás mis atrios, y entre éstos que aquí están te daré lugar. 8 Escucha pues, ahora, Josué sumo sacerdote, tú y tus amigos que se sientan delante de ti, porque son varones simbólicos. He aquí, yo traigo a mi siervo el Renuevo. 9 Porque he aquí aquella piedra que puse delante de Josué; sobre esta única piedra hay siete ojos; he aquí yo grabaré su escultura, dice Hashem de los ejércitos, y quitaré el pecado de la tierra en un día. 10 En aquel día, dice Hashem de los ejércitos, cada uno de vosotros convidará a su compañero, debajo de su vid y debajo de su higuera.

4:1 Volvió el ángel que hablaba conmigo, y me despertó, como un hombre que es despertado de su sueño. 2 Y me dijo: ¿Qué ves? Y respondí: He mirado, y he aquí un candelabro todo de oro, con un depósito encima, y sus siete lámparas encima del candelabro, y siete tubos para las lámparas que están encima de él; 3 Y junto a él dos olivos, el uno a la derecha del depósito, y el otro a su izquierda. 4 Proseguí y hablé, diciendo a aquel ángel que hablaba conmigo: ¿Qué es esto, señor mío? 5 Y el ángel que hablaba conmigo respondió y me dijo: ¿No sabes qué es esto? Y dije: No, señor mío. 6 Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Hashem a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Hashem de los ejércitos. 7 ¿Quién eres tú, oh gran monte? Delante de Zorobabel serás reducido a llanura; él sacará la primera piedra con aclamaciones de: Gracia, gracia a ella.

Reflexión.

Cuando leo algunos pasajes de la Escritura que traen a mi mente el tema de los sentimientos en el ser humano, no dejo de pensar que el Eterno nos los dio para que los explotáramos; sin embargo, no para que lo hiciéramos desmedidamente, sino bajo un control. El reír, llorar, enojarse, alegrarse, entristecerse, etc., son sentimientos que no los debemos reprimir, sino que es nuestro deber saber usar, es válido llorar, es válido enojarse, es válido alegrarse, es válido entristecerse, pero lo que no es válido es que los sentimientos te controlen hasta el punto tal que pierdas la cordura y sean ellos tus amos.

Los sentimientos se sirven de otras actitudes o conductas propias del cuerpo para manifestarse; por ejemplo: si estás triste, tu semblante lo denota, incluso no estarás con ánimo de salir, otros sentimientos como el gozo y la alegría tienen múltiples formas de manifestarse, como: cantando, danzando, brincando, etc. Estas formas de manifestar los sentimientos pudieran parecer para algunos, fuera de lugar porque a su juicio ya maduraron, en realidad al dejar estas manifestaciones dejamos igualmente de disfrutar de la vida.

Hay una forma de apreciar la forma en cómo deberíamos ser cada uno de nosotros en cuanto a la manifestación de los sentimientos, ésta es: observando el comportamiento que tienen los niños quienes no se privan de disfrutar la vida, no tienen poses, la vergüenza no los ha invadido, se enojan y no tardan en contentarse, se ensucian y poco les importa verse ridículos, pero si con todo lo que pudiéramos ver mal en el comportamiento de un niño, no podemos dejar de reconocer que tienen un grado de felicidad más alto que la mayoría de los “adultos”, entonces, ¿por qué no aprender de ellos? Yehoshúa HaMashíaj dijo:

Mateo 18:1 En aquel tiempo los discípulos vinieron a Yehoshúa, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos? 2Y llamando Yehoshúa a un niño, lo puso en medio de ellos, 3y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. 4Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos. 5Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe.

Los niños disfrutan de la vida y por ello debemos voltear a verlos; a ellos no les importa si cantan bien, sólo cantan; a ellos no les importa si danzan bien, sólo danzan; no les importa si los ven llorando, sólo lloran; ellos pueden ser felices con casi cualquier regalo: con una caja, con un carrito, con unas pinturas, con sus manos. Con todo lo anterior nuevamente pregunto: ¿Por qué no aprender de los niños?

Zajaríah –Zacarías- escribe inspirado por el Rúaj Hakódesh –Espíritu Santo-:

Zacarías 2:14 Canta y alégrate, hija de Sion; porque he aquí vengo, y moraré en medio de ti, ha dicho Hashem 15 Y se unirán muchas naciones a Hashem en aquel día, y me serán por pueblo, y moraré en medio de ti; y entonces conocerás que Hashem de los ejércitos me ha enviado a ti.

“Canta y alégrate”, le dice a nuestro pueblo por cuanto el Eterno morará en medio de nosotros, pero no termina ahí, “se unirán muchas naciones a Hashem y le serán por pueblo”. Hashem pide por medio de Zajaríah que debemos manifestar la alegría a través de cantar, la palabra cantar puede ser traducida al español de varios vocablos hebreos, por lo que es necesario estudiarlos para comprender las diferencias, pero esto sólo es una reflexión, por lo que quiero tocar genéricamente el cantar. He conocido a muchos “adultos” que vienen a la sinagoga y cuando llega el momento de cantar, de alabar a Hashem no participan, ¿por qué?, ya son “demasiado adultos” para ello, ¿llega el momento de danza? y no participan, ¿por qué?, son “demasiado adultos” para danzar; sin embargo, he podido apreciar que si se empiezan a liberar de los obstáculos que tienen para realizar todo esto, se dan cuenta que empiezan a disfrutarlo, y aunque tal vez pensaban que no podían hacerlo porque su carácter no se los permitía, o bien no les gustaba, una vez que se liberan de esos prejuicios alcanzan a obtener acciones que les producirán satisfacción, no sólo estarán demostrándole su amor al Eterno sino que aun alcanzarán la felicidad en ello.

Una vez que el “adulto” se libera de su postura y al igual que un niño no tiene objeción en cantar o en danzar, logra un momento feliz que no había conocido, eso es lo que desea el Eterno de nosotros: que seamos felices.

Cuando danzamos en la sinagoga, me deleito viendo a los niños cómo danzan, se alegran, si no se saben los pasos ellos siguen brincando, nada les importa, se ríen, lo gozan, y no nada más eso, reparten su felicidad a los adultos y los contagian, esto es benéfico para todos, así lo ha dispuesto Hashem, el desea que Le cantemos, que Lo alabemos, que Le adoremos, que disfrutemos al máximo nuestro tiempo con Él.

¿Es el tiempo de reunión en tu sinagoga un aburrimiento?, ¿sólo esperas a que llegue la hora para que termine?, ¿le estás pregunta, y pregunta a tu madre que cuándo va a terminar?, ¿no disfrutas el momento de estar en compañía de los santos y desde luego con el Eterno? Es triste si esto te sucede; sin embargo, no es tarde para cambiar, la vida es tan breve que resulta inútil que la desperdiciemos en momentos que no disfrutamos, y el momento que se ha dispuesto para el servicio a Hashem tanto en los rezos, en las enseñanzas, en las danzas, los cantos, etc. deberían cada una de estas cosas ser invaluables para cada uno de nosotros.

Si el Eterno quiso que su pueblo le cantara, es porque es bueno, y lo mismo sucede con la danza, ¡date la oportunidad de disfrutarlo!

Lo que escribo, me hizo recordar uno de los aspectos básicos que rigen un buen matrimonio, este principio se rige en la ley espiritual de que más vale dar que recibir, la práctica de esto redundará en una satisfacción de parte del que lo realiza, alcanzando momentos de felicidad que difícilmente podría alcanzar de otra manera, y consiste en lo siguiente: cada uno de los cónyuges debe esforzarse por involucrarse en las aficiones que tiene su pareja, al principio no le gustará, pero en la medida que pase el tiempo y que genuinamente ponga su interés en aprender más de la afición de su cónyuge, entonces tarde o temprano lo disfrutará también; por ejemplo: si al esposo le gusta sobremanera el fútbol, la esposa deberá interesarse con ahínco para aprender de ese deporte, sus reglas, sus características, etc., deberá compartir esta diversión con su marido, creando con ello que él no tenga necesidad de compartir con otras personas, por lo que logrará que el lazo de amor se fortalezca y existan momentos que beneficien a la convivencia; en el caso de la mujer si le gustara pintar objetos, su marido se debe interesar en aprender, deberá poner ahínco en reconocer las técnicas que le llevan a realizar determinados acabados, los diferentes colores disponibles, etc. Una vez que se involucre y ceda de su tiempo logrará un acercamiento con su esposa, que difícilmente lograría de otra manera. En la medida que cada uno de los cónyuges se da al otro, el acercamiento e intimidad que lograrán en la complicidad de sus aficiones hará que el amor crezca.

Cuando las personas están de novios, si a él le gustaba asistir al estadio ahí tenían a la novia, si a ella le gustaba ir al cine lo mismo sucedía con él, buscaban cualquier pretexto para estar juntos y no importaba si al otro le gustaba o no, sólo disfrutaban de la compañía de la pareja, en alguna de esas salidas el novio o la novia tal vez se dio cuenta que al lugar que habían ido le gustaba, entonces descubrió nuevos gustos que vinieron a enriquecer su vida. Con el Eterno pasa algo parecido, pero, es más eficaz, Hashem nos ordena cosas que tal vez a algunos parezcan no gustarles, sin embargo las cosas que Hashem ordena tienen garantía de que nos gustarán, así que creámosle y disfrutémoslas. ¡Cantémosle a Hashem!

¡Shabáth Shalom!

Respuesta: Todas las preguntas debieron evaluarse con falso, si tuviste al menos una con verdadero, tienes cosas que debes examinar en la educación hacia tus hijos.

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