¿Que hacer en caso de sufrimiento?

Toda la generación de Yosef y sus hermanos mueren, el proceso de la asimilación tiene su aparición entre el pueblo de Israel que reside en Egipto. Pareciera que el crecimiento demográfico fuera el resultado de la posición política que Yosef les heredara. Aparece en escena un nuevo faraón el cual no tiene el respeto por la historia y los beneficios que los judíos otorgaron a la nación. Solo presta atención a la problemática y riesgos que pudieran representar en el futuro, así que comienza a diseñar estrategias para tomar control de la situación, lo cual trae como consecuencia la esclavitud que aproximadamente dicen los sabios que duro alrededor de 140 años.

El pasúk-versículo que da origen al tema de hoy es el siguiente:
Shemot-Éxodo 3:7  Dijo El Eterno: «Bien vista tengo la aflicción de mi pueblo en Egipto, y he escuchado su clamor en presencia de sus  opresores; pues ya conozco sus dolencias.

En comentarios de nuestro sabio Rabbenu Bajhye hacen una gran reflexión, permitiendo atender a tres palabras muy importantes en este pasúk. 1.-Raiti: “he visto”, 2.-Shamati: “he escuchado” y 3.-Yadati: “he sabido”.

Entendemos con esto que la problemática de nuestro pueblo estaba tan bien analizada que el tener en cuenta estas tres etapas dio origen a la divina intervención para nuestra liberación. En esta ocasión nos quedaremos solo con el aspecto “he visto” su aflicción, palabra que da entender que nuestro pueblo estaba pasando un periodo que cambio de manera drástica de la comodidad a la esclavitud, cuentan nuestros sabios que cuando el nuevo faraón inicio el proceso de esclavitud, diseño un cuerpo de ministros especiales, es decir, personas que estaban dispuestas y entrenadas para perjudicar a nuestro pueblo. Comenzaron a aplicarles un impuesto como a cualquier extranjero, les quitaron las garantías que tenían en los tiempos de Yosef. Cuando vieron que se multiplicaban más, aparte del  impuesto se les requirió un mes al año de trabajos físicos. He aquí la explicación que de repente aparecen trabajando para Faraón. De esos impuestos de trabajo físico se realizaron las grandes ciudades dentro del territorio, pero la simulación más grande que políticamente se da viene de parte del mismo Faraón  cuando el mismo toma un pico y pala poniéndose a excavar. Cual si fuera un artista realizando un comercial para vender un producto. El eslogan de este comercial era: “por una fila de cierto tamaño de ladrillos, he de pagar un buen precio”. Esta propuesta les pareció bien a nuestros ajim-hermanos, era tan atractivo el monto como la supuesta benevolencia que iba a tener con la nación, así que todas las familias realizaron este tipo de trabajo, una vez que estos estaban bien establecidos e identificados, se lanza un decreto que especificaba que este trabajo dejaba de tener remuneración alguna.

Recordemos ahora la expresión: “he visto” precisamente esta situación artera, descarada era la que el Eterno había visto, quizá como se comenta que nuestro pueblo no merecía ser rescatado por su condición de asimilación que vivía en esa tierra, ¿entonces porque  estaba siendo rescatado? Por la manera tan cruel de imposición de la esclavitud.

Con esta explicación quiero dar a entender que cuando se considera que se está sufriendo o afligido, digamos que es legal o razonable que se encuentre en esa situación.

Primera situación: Cuando una mujer desea tener un hijo, teniendo como antecedente la esterilidad.

Bereshit-Génesis 16:11  Y díjole el Ángel de El Eterno: Mira que has concebido, y darás a luz un hijo, al que llamarás Ismael, porque El Eterno ha oído tu aflicción.

Bereshit-Génesis 29:32  Y concibió Lea, y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Rubén, porque dijo: Porque vio el Eterno mi aflicción; ahora por tanto me amará mi marido.

Situación dos: Cuando alguien forzadamente cambia de nación:

Bereshit-Génesis  41:52  y al segundo le llamó Efraín, porque – decía – «me ha hecho fructificar Elohim en el país de mi aflicción».

Situación tres: Cuando las costumbres y hábitos de una nación se sienten como un perjuicio:

Shemot-Éxodo 3:17  y he dicho: Yo os sacaré de la aflicción de Egipto a la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo, a una tierra que fluye leche y miel.

Situación cuatro: Al comer la matzá en Pesaj y Jag HaMatzót:

Devarim-Deuteronomio 16:3  No comerás con ella pan con levadura; siete días comerás con ella pan sin levadura, pan de aflicción, porque aprisa saliste de tierra de Egipto; para que todos los días de tu vida te acuerdes del día en que saliste de la tierra de Egipto.

Este pasúk del pan sin levadura, nos enseña que el ser humano al estar absolutamente consiente que su existencia depende solamente del Eterno, en ese momento está siendo simple, sin ego, sin necesitar nada, sin suspirar por nada; solo necesita a su Creador. Su estado de aflicción es la tristeza de depender de los bienes y comodidades, de la pérdida de tiempo en la aplicación de la esperanza a las cosas terrenales. Nuestros ancestros en Egipto no merecían ser liberados pero al presentarse este tipo de aflicción se dieron cuenta que su ego los había alejado de la belleza del Eterno, su aflicción les permitió reconocer que eran hijos del Altísimo y que en ese momento estaban siendo ultrajados de manera cruel.

Devarim-Deuteronomio  26:7  Y clamamos al Eterno el Elohim de nuestros padres; y El Eterno oyó nuestra voz, y vio nuestra aflicción, nuestro trabajo y nuestra opresión;

Situación cinco: Cuando no recibimos ayuda en momentos difíciles.

Melajim II-2Reyes 14:26  Porque el Eterno miró la muy amarga aflicción de Israel; que no había siervo ni libre, ni quien diese ayuda a Israel;

Situación seis: Cuando emprendemos algo grande: (la expresión: “grandes esfuerzos”, está implicado la voz hebrea: “’oni”, que hace referencia a aflicción)

Divrei HayamimII-1Cronicas  22:14  He aquí, yo con grandes esfuerzos he preparado para la casa del Eterno cien mil talentos de oro, y un millón de talentos de plata, y bronce y hierro sin medida, porque es mucho. Asimismo he preparado madera y piedra, a lo cual tú añadirás.

Situación siete: Cuando se viven desgracias graves una tras otra.

Yob-Job 30:15,16  Se han revuelto turbaciones sobre mí; Combatieron como viento mi honor,  Y mi prosperidad pasó como nube.  Y ahora mi alma está derramada en mí;  Días de aflicción se apoderan de mí.

Situación ocho: La pobreza extrema.

Yob-Job 36:15  Al pobre librará de su pobreza, Y en la aflicción despertará su oído.

Situación Nueve: Cuando alguien no te aborrece.

Tehilim-Samosl 9:13  Ten misericordia de mí, Eterno; Mira mi aflicción que padezco a causa de los que me aborrecen.

 

Recomendaciones:

Cuando la aflicción está presente por cualquiera de los medios que anteriormente les expuse, no es recomendable dejar pasar el tiempo, mucho menos buscar la soledad encerrándose en alguna habitación por esto generaría enfermedades adicionales:

Tehilim-Salmos 88:8,9  Has alejado de mí mis conocidos; Me has puesto por abominación a ellos;  Encerrado estoy, y no puedo salir.  Mis ojos enfermaron a causa de mi aflicción;  Te he llamado, oh Eterno, cada día;  He extendido a ti mis manos.

No seguir esta recomendación nos alejará de la confianza en el Eterno, solo saldrán de nuestra boca quejas y no suplicas. Lo recomendable es lo siguiente:

Tehilim-Salmos 31:6,7  Aborrezco a los que esperan en vanidades ilusorias; Mas yo en el Eterno he esperado.  Me gozaré y alegraré en tu misericordia, Porque has visto mi aflicción;  Has conocido mi alma en las angustias.

Dejarse en las manos de la aflicción sin aceptar el consejo del Eterno es igual a lo siguiente:

Tehilim-Salmos 107:10,11  Algunos moraban en tinieblas y sombra de muerte, Aprisionados en aflicción y en hierros,  Por cuanto fueron rebeldes a las palabras del Eterno,  Y aborrecieron el consejo del Altísimo.

 

Conclusión.

Entendamos que no cualquier situación es para que nos llene de aflicción, la salud está en el consejo que el Eterno nos regala con los hombres y mujeres que conocen, que vivenla Torá.Queningún consejo fuera de este contexto tiene la capacidad para sacarte de esta situación, solo tiene la permisión de hundirte más y más hasta dejarte casi muerto en tus pensamientos y lógicas. Por lo tanto nuestro decir ante una aflicción es la siguiente:

Tehilim-Salmos 119:153,154  Mira mi aflicción, y líbrame, Porque de tu ley no me he olvidado. Defiende mi causa, y redímeme;  Vivifícame con tu palabra.

Y para finalizar, tu confianza debiera ser la siguiente:

Tehilim-Salmos 119:91,92  Por tu ordenación subsisten todas las cosas hasta hoy,  Pues todas ellas te sirven.  Si tu ley no hubiese sido mi delicia,  Ya en mi aflicción hubiera perecido.

 

¡Shabát Shalom!

Deja una respuesta