Poner por obra la Voluntad de HaShem

Introducción
Deuteronomio 29:9 Ustedes todos estáis hoy presentes ante el Eterno, vuestro Elohim: los cabezas de vuestras tribus, vuestros ancianos y vuestros guardias, con todos los hombres de Israel;

Debarim 29:9 Atem nitzavim hayom kulejem lifney Adonay Eloheyjem rasheyjem shivteyjem zikneyjem veshotreyjem kol ish Yisra’el.

Deuteronomio 31:1 Y fue pues Moisés y habló estas palabras a todo Israel,

Debarim 31:1 Vayelej Moshé vayedaber et-hadebarim ha’eleh el-kol-Yisra’el.
La perasháh haShavua, nos insiste en un tópico constantemente tratado a lo largo del TaNaJ que es: «Poner por obra la voluntad de Hashem», basta recordar una cantidad innumerable de veces que se trata lo mismo:

Levítico 18:4 Mis ordenanzas pondréis por obra, y mis estatutos guardaréis, andando en ellos. Yo Hashem vuestro Elohiym. 5 Por tanto, guardaréis mis estatutos y mis ordenanzas, los cuales haciendo el hombre, vivirá en ellos. Yo Hashem.

1 Crónicas 28:7 Asimismo yo confirmaré su reino para siempre, si él se esforzare a poner por obra mis mandamientos y mis decretos, como en este día.

Levítico 26:3 Si anduviereis en mis decretos y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra
Números 15:39 Y os servirá de franja, para que cuando lo veáis os acordéis de todos los mandamientos de Hashem, para ponerlos por obra; y no miréis en pos de vuestro corazón y de vuestros ojos, en pos de los cuales os prostituyáis.
Y podría mencionar más; por ejemplo: Deuteronomio 5:31; 6:1, 25; 19:9; 28:1; 30:8; 2 Reyes 17:37; Nehemías 9:34; Salmos 119:166. Claro que no estoy agotando los pasukim -versículos-  donde aparece este tema, cómo no recordar dos versículos clásicos en el Brit Jadashá -Pacto Renovado-:

Romanos 2:3 porque no son los oidores de la ley los justos ante Elohiym, sino los hacedores de la ley serán justificados.

Yacob / Santiago 1:22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
Así que, con este preámbulo, ahondemos en el tema de: «Poner por obra la voluntad de Hashem».

Moshé reúne a todo el pueblo junto a los extranjeros en presencia del Eterno para instarles a que entren a su pacto de propia voluntad a fin de confirmarlos como pueblo del Eterno, es por esto que se le llama el pacto de: «arvut» esto es de: «garantía«. Es de resaltar que esta confirmación de su pacto se lleva a cabo no nada más con los presentes sino aun con las generaciones por venir, dentro de las cuales estamos tú y yo, ¡Baruj Hashem!:

Deuteronomio 29:14 Y no solamente con vosotros hago yo este pacto y este juramento, 15 sino con los que están aquí presentes hoy con nosotros delante de Hashem nuestro Elohiym, y con los que no están aquí hoy con nosotros.

Como ya lo he expresado en la introducción, deseo llevarlos a una reflexión en torno a lo dicho en el primer pasuk de esta perasháh:

Deuteronomio 29:9″Guardaréis, pues, las palabras de este pacto, y las pondréis por obra, para que prosperéis en todo lo que hiciereis»
El «Ser hacedor de la voluntad de Hashem» creo, nunca ha estado en discusión, aunque esta frase es un constante recordatorio de lo que debemos hacer, lo trascendental de esta aseveración no es si la hacemos o no, sino ¿cuál es la voluntad de Hashem? ¿Cuáles son los mandamientos que debemos poner por obra? ¿Cuál Ley debemos aplicar? ¿Qué parte de la Biblia está vigente? Lo terrible de las respuestas a las anteriores interrogantes, es que lejos de ser concretas se vuelven subjetivas, porque dependerá siempre de la creencia propia de la religión que se profese, la del rabino, pastor o líder en turno, y por supuesto, lo que el individuo desee creer.
La «voluntad del Eterno» casi siempre dependerá de lo que la religión o denominación enseñe como tal.

Antes de continuar con el tema, quiero englobar la mecánica que existe en las diferentes congregaciones para situarnos en un marco que nos permita evaluar la situación que priva en las congregaciones a las que asisten los lectores alrededor del mundo a los que les llega esta Perashát. Trataré de hacerlo en tres modelos basándonos en la dinámica de participación de los congregantes en una kehila -lit. congregación en griego: ekklesia-:
1. La congregación donde se cuenta con un ministro y unos oyentes pasivos.

2. La congregación  donde se cuenta con un ministro y algunos creyentes activos.

3. La congregación  donde se cuenta con un ministro y creyentes activos.

El primer modelo de congregación, es del tipo en la que el ministro asume la responsabilidad de enseñar y transmitir: «La voluntad del Eterno», caracterizándose por un escaso cuestionamiento de lo que se expone por parte de los congregantes y si acaso una o dos personas que participan con el líder. El hombre o mujer que se levante con una creencia contraria a lo que se enseña por la costumbre predominante, no nada más es mitigado por el ministro, sino por la misma congregación que por no estar acostumbrada a esto ni siquiera le da el beneficio de la duda al hombre que cuestiona y es aplastado por la tradición preponderante, si no es persistente en saciar su intelecto, su mente se cauteriza y adquiere una comodidad que lejos de sentir culpa, porque los demás están así, supone que es lo correcto.

El segundo modelo de congregación, se caracteriza porque algunos creyentes cuyo interés les impulsa a adquirir un compromiso con su congregación y con su líder, trabajan bajo su mando, participan en muchos casos con sus puntos de vista; pero, al igual que el anterior modelo, la enseñanza que se expone corre por cuenta del líder, rabino o pastor, y ésta marca el camino que seguirá la congregación. Las gentes en este modelo, despiertan su interés por las cosas del Eterno, les provocan hambre, son aquellas que siempre anhelan más enseñanza, aprender más, y en algunos casos empiezan a retransmitir lo aprendido en grupos de estudio; sin embargo, este modelo de congregación no permite, al igual que la primera, que sea cuestionado lo enseñado por la autoridad. El líder podría invitar a la gente a que se cuestione; pero, cuando se presente el caso de que un congregante cuestione alguno de los puntos «vitales» de fe, no se le permitirá que ponga en entredicho tal creencia, incluso se le invitará a retirarse.


El tercer modelo de congregación
, es casi utópico, los congregantes estarán en disposición de seguir el patrón marcado por el liderazgo; pero, se les permite cuestionar las verdades expuestas, se les permitirá que su mente llegue hasta donde desee. El Ministro no deberá saber todo, e incluso su autoridad no se verá afectada cuando el diga: «No sé». La enseñanza es responsabilidad del Ministro; sin embargo, los congregantes asumen la responsabilidad de juzgar lo que se les enseña, sirviéndoles como base la Escritura. Las gentes que tengan opiniones contrarias se les deberá responder saciando sus cuestionamientos y presentando la argumentación necesaria para cambiar su perspectiva.
¿Cuál de estos modelos es tu congregación? ¿Acaso será una mezcla de algunos de estos? Todo esto me lleva a preguntarte: ¿Cuál es la voluntad de Hashem? ¿Es la que te enseñan? ¿Es la que descubres? ¿Es la que te imponen? ¿Es la que tu rama o denominación inculca?
Creo que el desarrollo normal del individuo con su creador se pueden componer tanto por lo que enseña la denominación, el rabino o pastor, como por lo que él se alimenta por su cuenta. Esto, no esta mal; sin embargo en muchas ocasiones, nos sentamos plácidamente a escuchar que nos hablen acerca de: «La voluntad de Hashem», pocas veces nos cuestionamos: ¿Tendrán razón en lo que me están enseñando? Y es que mira, si hacemos una remembranza, las primeras veces que asistíamos a la Bet Haknesset -Lugar de reunión-, estábamos muy atentos a la persona que compartía para considerar las verdades que se exponían, determinar desde nuestra óptica si lo que él decía era correcto o no. Después, pasó el tiempo, tu líder se ganó tu respeto, y ahora ya no cuestionas lo que dice, es más fácil que asimiles lo que te enseña, y pocas veces asumes tu papel y responsabilidad de juzgar lo que escuchas. Entendamos que lo que aprendemos es trascendental para bien o para mal. No quiero decir con esto, asumir una actitud crítica a lo que se expone, sino a tener una base, una regla que te permita evaluar y comparar lo que es correcto y lo que no lo es.
Es tan frecuente escuchar abusos de parte de la autoridad, porque el ámbito en que se da la relación en medio de la congregación es predominantemente impositivo por dicha autoridad, no quiero manchar con esto en absoluto a todos aquellos que son autoridad, sino que mi intención es crear una consciencia que nos permita asumir la responsabilidad que a cada uno le corresponde: la autoridad, prepararse, estudiar, profundizar, indagar y sobre todo, dar la libertad suficiente a la gente para que razone y sean ellos los que determinen qué está bien y qué no y por otro lado la responsabilidad del congregante de: aprender, estudiar, cerciorarse de lo que cree, juzgar conforme a la Escritura lo que se aprende.
Es tan frecuente escuchar el caso de los de Berea, quisiera hacerles notar algunas cosas importantes:

Hechos 17:10 Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos, habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos. 11 Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.
Lo primero que observamos es que los de Berea eran más nobles que los de Tesalónica, la pregunta aquí es: ¿Por qué? Observa que continúa diciendo: «Recibieron la palabra con toda solicitud». La palabra «solicitud» del griego: «Prothumia«, es algo así como: una mente dispuesta,una mente lista, éste es el papel que les corresponde a los oyentes, pues en innumerables ocasiones y después de que el expositor con muchas horas de estudio a cuestas expone su enseñanza, la gente en lugar de prestar atención con una mente dispuesta, toma en poco la enseñanza y lejos de cumplir su papel, se pierde lo enseñado.
Los de Berea, en segundo lugar, «Escudriñaban las Escrituras». Según el diccionario, escudriñar es: averiguar cuidadosamente algo, es aquí donde el griego nos auxilia a entender con mayor amplitud lo escrito, utilizando la palabra: «Anakrino», que a su vez se divide en la preposición: «Ana» que significa: por entre, y «Krino» que literalmente significa: «juicio«. Entonces, los de Berea, no indagaban, sino que la palabra correcta en este caso sería que ellos: enjuiciaban si lo que Rabí Shaúl les decía era conforme a la «base» que tenemos para todo juicio, ¿cuál es?, las Sagradas Escrituras, porque para que podamos enjuiciar lo que se nos dice debemos conocerlas, y éste es el papel del oyente, quien ahora toma una parte activa en lo que aprende, sirviéndose de la base substancial que es la Escritura, someterlo a juicio, no basado en lo que a él le parece, ni lo que la denominación cree, ni lo que su Ministro le enseña, sino lo que dice la Biblia.
Hoy en día para la gente es más fácil creer que detrás de Mickey Mouse existe un demonio, que creer que las fiestas del Eterno se deben celebrar, es increíble que lo que no está escrito se crea porque la denominación así lo enseña, y que a lo que está escrito se le considere como algo que ya no está vigente.
Imaginémonos que la Biblia cae en manos de un grupo de personas ajenas a cualquier influencia religiosa, ¿qué pensarían?, ¿crees que dirían: ahora estamos en la Gracia y no en la Ley? ¿Las lenguas ya pasaron y fueron en otro tiempo? ¿Las fiestas las abrogó Yehoshua? ¿La sanidad fue algo que ocurrió y ya no está vigente?:

1 Juan 3:22 y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.
¿Pero qué mandamientos pueden ser éstos? ¿Cómo recibiremos las cosas que le pedimos si aun no sabemos qué mandamientos se pueden cumplir? Creo firmemente que existe garantía de Hashem para que nosotros recibamos sus bendición; pero, tristemente, no una garantía de lo que se comparte desde el púlpito, porque aún no se han puesto de acuerdo en qué mandamientos se deben cumplir y cuáles no. Reconozco que como hombres somos susceptibles que se vea afectada nuestra creencia por nuestra visión sobre todo nuestro trasfondo; o bien, porque una persona de respeto nos lo enseñó; pero si somos honestos, ¿cuántas de las cosas que creemos llegamos a ellas por estudiar y convencernos que son así?, ¿cuántas? O acaso, cuando estemos delante de la presencia del Hashem le podremos decir: «Es que yo creía que era así, porque mi rabino o pastor me lo enseñó». ¿Crees que delante del Eterno te justificarás de muchas cosas que crees o de tanta intolerancia que tenemos con la creencia de otra gente sólo porque así fuimos enseñados? ¡Qué el Eterno tenga misericordia de nosotros! Lejos de amar al prójimo, lo odiamos por lo que cree. ¿Cuántas veces mandas al infierno a las personas porque no creen como tú? Lo terrible en esto, es que lo que creemos en su mayoría, fue porque «otro nos lo enseñó», y muy pocas veces nos detenemos a juzgar que la verdad sea así.

¿Cuál es la voluntad de Hashem? ¿Qué debemos poner en práctica? Esta no es una pregunta fácil de responder. Espero que hagas un alto en el tiempo, y reflexiones: ¿Si la voluntad de Hashem la debemos poner por obra, cuál es su voluntad?:

1 Juan 2:3 Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. 4 El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; 5 pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Elohim se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él.

Conclusión
Al final de la Perasháh Hashavua el Eterno nos advierte del libre albedrío con el que contamos. Es interesante entender que esa libertad estará determinada cuando tengamos al menos, más de una opción para elegir, esto es, una persona nunca será libre cuando sólo tenga una sola expectativa para elegir, es como si te dijera: ¿Qué refresco quieres Coca o Coca? (Me refiero a la Coca Cola), leamos con detenimiento el siguiente pasuk:

Deuteronomio 30:15 Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal;


¿Percibes que para que haya llegado a este dicho, previamente el Eterno debió instruirlos cuál era su voluntad? El hombre debe conocer la voluntad del Eterno para entonces saber elegir correctamente:

Deuteronomio 30:16 porque yo te mando hoy que ames a Hashem tu Elohiym, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Hashem tu Elohiym te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella.


Esta es la promesa del Eterno: ser benditos en todo lo que somos:

Deuteronomio 30:17 Mas si tu corazón se apartare y no oyeres, y te dejares extraviar, y te inclinares a dioses ajenos y les sirvieres,
El pasuk 17 dice: «Y te dejares extraviar», ¿te das cuenta? Tal vez pensarás: «Mi denominación nunca me llevará a inclinarme a otros dioses», pues tal vez no a dioses en escultura, ¿pero acaso no otros dioses que lejos de permitir que la voluntad de Elohiym se manifieste, imponen su voluntad a ésta? ¿Qué acaso no son los que dicen que la Toráh ya no está vigente? ¿Qué los mandamientos del Eterno, han quedado en el olvido por causa de la Gracia? ¿No son lo que piden diezmo pero cuando les hablas de no comer cerdo dicen que eso no está vigente? ¿Acaso no son los que se toman el mandamiento de la idolatría expuesto en los Diez Mandamientos, y dejan al lado el cuarto mandamiento del Shabbath? Cuando Yehoshua estuvo en la tierra, dijo: «ustedes quebrantan los mandamientos de Elohiym por causa de vuestras tradiciones» y te pregunto: ¿Crees que las denominaciones existentes no tienen tradiciones que quebranten los mandamientos de Hashem? ¿Crees que el legalismo sólo está vestido de negro? ¿Acaso no crees que el legalismo está metido hasta lo más escondido de las congregaciones?
Con todo esto no estoy llamando a rebelión, y mucho menos a desechar la Gracia, ya que la Gracia del Eterno es la que viene a ser un todo con El, es la Gracia que existió desde la fundación, y que nos brinda, hoy en día, un caminar sin la culpa de la religiosidad, sino el llamado que te hago, es para que asumas tu papel: el de juzgar lo que se te enseñe, que debes poner diligencia en conocer la voluntad de Hashem, que no te debes conformar con lo que se te dice, puesto que cuando estés delante del Señor no podrás decir: «Esto fue lo que me enseñaron»:

Deuteronomio 30:18 yo os protesto hoy que de cierto pereceréis; no prolongaréis vuestros días sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para entrar en posesión de ella. 19 A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; 20 amando a Hashem tu Elohiym, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Hashem a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar.
Busquemos cada uno a la voluntad de Hashem y con coraje y valor anteponerla a lo que tus sentimientos dicen y a lo que tu tradición marca:

1 Juan 5:2 En esto conocemos que amamos a los hijos de Elohiym, cuando amamos a Elohiym, y guardamos sus mandamientos. 3 Pues este es el amor a Elohiym, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.

¡Shabbath Shalom!