Monumento a un corazón dividido

Gran parte de la forma de pensar, actuar o tener una opinión, estaba teniendo riesgos en todos nuestros ancestros. Los gustos o maneras de ver la vida “sana”, estaban bajo la lupa de la nueva aplicación, una legislación que se había entregado y se conocía como Torah.
A simple vista, esta porción pareciera caer en la repetición, o al menos en la aclaración de algunas dudas en la aplicación de la Torah. Pero, en realidad, sale un variado esquema de aclaración, casi “personal”, del Eterno hacia nuestro pueblo.

Existen cosas que, aun cuando en la antigüedad se hicieron dentro de la relación patriarca–Eterno, no quiere decir que fueron adecuadas. De manera clara, esta porción deja ver cuántas cosas fueron del agrado del Eterno y cuáles no.

Devarim/Deuteronomio 16:22 no erigirás para ti monumento el cual odia el Eterno tu Elokim.
Creo que la palabra “monumento”, causaría un registro casi inmediato de lo que es. Quizás, exista una variación en las respuestas, pero todas van dirigidas a un concepto general, casi idéntico.

Si es un “objeto” que el Eterno odia, merece saber a qué se está refiriendo.
En otras traducciones, como la que viene en el libro “la Torah con Rashi”, no aparece al español la palabra monumento, él lo traduce como pilar de piedra.
Para ver un contexto más sobre este “pilar”, veamos este pasuk:
Devarim/ Deuteronomio 12:3 demolerás sus altares y despedazaran sus pilares, sus árboles de culto quemaran a fuego, derribaran las imágenes talladas de sus dioses y destruirán sus nombres de ese sitio.

La forma de destruir es diferente para cada elemento. Un altar se demolerá, no se debía destruir de otra manera, los pilares se despedazarán. (Melajim bet 10:26).
Con esto último, podemos llegar a entender que un pilar esté hecho de una sola pieza. Nuestros Sabios, dicen que la costumbre de levantar pilares es muy antigua, la cual tuvo, por decirlo así, una “evolución” a través de su uso. Lo comparan con la expresión griega “bimos”, la cual se deformó en su pronunciación, porque anteriormente se pronunciaba “bumos”, que significaba pedestal, una estructura larga y estilizada que servía como base para poner la estatua de algún ídolo. Así, la base y el ídolo eran lo mismo, tenía una función única.

Con esta información, podemos apegarnos a un comentario de nuestros Sabios, donde se dice que la expresión “pilar” (matzeba) se refiere a un “monumento”, tipo altar, compuesto de una sola piedra. Por ello se tenía que “despedazar”, hacerla polvo, deformando su constitución y función, para que nadie del pueblo intentara hacerla funcionar de nuevo.

En este pasuk veremos un panorama especial, donde la intención de tener una comunicación, por parte de Eterno está presente.
Bereshit/ Génesis 28:18 y madrugo Yaakov por la mañana y tomo la piedra que había colocado en su cabeza y la puso a ella como monumento y vertió aceite sobre ella.

Esta acción, nuestros patriarcas lo hicieron de manera muy parecida, incluso Mosheh (Shemot 24:4).
Aquí, “monumento” se refiere a lo que estamos tratando de analizar, es la misma expresión que el Eterno dice que “odia”. Es impresionante, como algo que nuestros ancestros hicieron, como una muestra de fidelidad, voto o agradecimiento, fue realizado sin ninguna consecuencia.

Quisiera, con el permiso de todos, dejar mi pensamiento, casi irresponsable sobre este caso. Un sentimiento que me abordó de manera automática.
Cuando hablo de la “relación” que todos debiéramos tener de manera personal, especial y única (la verdad no sé qué más expresar), es para percibir que el sentido de la vida radica en ello. Lo demás, teniendo una buena relación con el Eterno, se resolverá tarde o temprano, de manera fácil o difícil.

El Eterno, en pleno dominio de su amor hacia nosotros, como la hace ver Oseas capítulo 3, es equilibrado, perfecto, continuo; no varía, solo transforma su fuerza, dirección, intensidad e intención.

La manera en que nos encontró el Eterno, y el cómo inicio esta relación, siempre ha considerado nuestras imperfecciones, nuestras formas de “expresar” esa rara manera de decir “Te quiero”.

Quizás esos altares, eran costumbres viejas de los pueblos antiguos. Nuestros patriarcas, expresaron lo que en ese momento era la “técnica” que más usaba para dirigirse a una deidad. Pero, de manera particular, nuestros ancestros tenían la costumbre de verter aceite sobre ella, como tratando de hacer diferencia entre los modos que se conocían; y siempre había un voto, un trato o una manera de trasmitir un mensaje del Bendito Sea Su Nombre, a todas las naciones.

El Eterno vio las intenciones de nuestros patriarcas, no la técnica. Vio su corazón, no el rito; su alma, no su necesidad.

Pareciera que este “pilar” es un símbolo muy fuerte entre nuestro pueblo. Quizás ya se transformó y no nos hemos dado cuenta. Tal vez ya no platicamos con el Eterno de manera intima, ya no le prometemos con el corazón, ya no confiamos en Su poder. Estos “monumentos” son un ingrediente especial en la preocupación del Eterno, para que nos alejemos de ellos.

Hoshea/Oseas 3:4 Porque muchos días estarán los hijos de Israel sin rey, sin príncipe, sin sacrificio, sin estatua, sin efod y sin terafines.
Este pasuk habla de las cosas que le agradan al pueblo, lo que ama, lo que le deleita; pero, pareciera no estar del todo claro qué es lo que está amando. ¿Así como extrañan el Efod también monumentos? ¿O extrañará a los tiempos de los reyes igual que los sacrificios?

Un monumento que aparece en nuestro “patio” del alma, es un monumento, ¿cuál es? ¡El corazón dividido!
Hoshea/Oseas 10:1,2 Israel es una frondosa viña, que da abundante fruto para sí mismo; conforme a la abundancia su fruto multiplicó también los altares, conforme a la bondad de su tierra aumentaron sus ídolos. Está dividido su corazón. Ahora serán hallados culpables; El Eterno demolerá sus altares, destruirá sus ídolos.

¡Piensa! ¿Cómo está tu relación con el Bendito Sea Su Nombre?
¿Sientes el corazón dividido?

Shabat shalom!

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