«Luchando»

Esta porción es un abanico de situaciones donde cada personaje enfrenta una diferente problemática. De forma especial observamos el caso de Rajel nuestra matriarca, quien, a pesar de haber teniendo problemas para embarazarse, mantiene una postura de fertilidad. La Torah nos muestra cómo se resolvió esta problemática.

En ocasiones, cuando estamos inmersos en un problema, sentimos que no tiene solución, y un síntoma cansancio nos invade. Parece ablandarnos para que nuestro ser se deje vencer.
La diferencia entre vencer y ser vencido es la manera en que porfías en la lucha. Si luchas, estás activo, buscas la solución. Si no luchas, solo veras crecer el problema y problema pasa a ser parte de tu vida, de tu modo de vivir.

La matriarca experimenta el haber vencido. En otras palabras, ha dejado atrás el problema de la esterilidad.
Bereshit/Génesis 30:8 Y dijo Rajel: Con luchas de Elohim he luchado con mi hermana, y he vencido. Y llamó su nombre Neftalí.

Esta traducción nos da la oportunidad de entender que ella “luchaba” para obtener algo. Su periodo de lucha fue un momento bastante intenso, no importaba si fue sido largo o corto.
La siguiente traducción nos ayuda a adentrarnos a esta situación particular: “Entonces Rajel dijo: ‘con obstinaciones porfié a Elohim para ser como mi hermana y también pude’ y llamo su nombre Neftali”.

La matriarca, desde este punto de interpretación, ejercía una intervención ante el Eterno para ser igual de fértil que su hermana. No estaba peleando o luchando con ella, como lo deja ver la interpretación del pasuk anterior.

Tras “luchar”, o más bien, insistir en la lucha una y otra vez, nace el nombre de su hijo. Con la insistencia obtiene lo que ella quiere, aunque algunas traducciones digan que “venció”.
La “lucha” de Rajel nace de una envidia que tiene por su hermana, la cual tiene varios hijos. Probablemente tener envidia de otras personas nos traerán algún modelo de problemática.
Sin embargo, volviendo a la expresión “venció”, es un estado de haber alcanzado algo que tienes rato de estar buscando.
Recordemos una porción del pasuk para observar cómo obtuvo el éxito en esa problemática: “Con obstinaciones porfié a Elohim”.

La expresión “Obstinaciones” (Naftule), es el origen del nombre Neftali, que también se puede expresar como “Insistencia”. Esta “insistencia” se da en un punto importante. De manera absoluta, la matriarca insiste directamente a aquel que todo lo puede. Ya lo había hecho con el patriarca, el cual se molestó.
Bereshit/Génesis 30:1,2 Y Viendo Rajel que no daba hijos á Ya’acob, tuvo envidia de su hermana, y decía á Ya’acob: Dame hijos, o si no, me muero. Y Ya’acob se enojaba contra Rajel, y decía: ¿Soy yo en lugar de Elohim, que te impidió el fruto de tu vientre?

Pareciera que este evento le dio cierta respuesta a su búsqueda. ¿Cuál era? “Te impidió el fruto de tu vientre”. Lo que necesitaba era que se levantara ese mandato. Así que empezó a ser insistente.

Comentan nuestros Sabios sobre este evento. Su insistencia era tener una conexión divina con el Eterno, volviendo una y otra vez a Él con el mismo asunto.
Con esta calidad de insistencia, o de luchar por ser parte del Eterno, fue pegándose poco a poco con la Divinidad hasta conseguir, o poder obtener lo que deseaba.

De aquí podemos entender que vencer es un proceso de insistencia, de lucha, que puede llevar mucho tiempo.
Cuando un problema es parte de tu vida, es síntoma de que no estás luchando.

Cabe mencionar que esta clase de problemática no está originada en un falta o infracción a la Torah. Las problemáticas de la vida, suelen ser por las malas decisiones que tomamos.
La Torah nos regala en cada consejo una forma fácil para evitar los problemas. Veamos un ejemplo, donde el “poder hacer” lo que la Torah nos aconseja, es una manera de vencer, de poder hacer las cosas bien.
Devarim/Deuteronomio 21:15,16 Cuando un hombre tuviere dos mujeres, la una amada y la otra aborrecida, y la amada y la aborrecida le parieren hijos, y el hijo primogénito fuere de la aborrecida; Será que, el día que hiciere heredar a sus hijos lo que tuviere, no podrá dar el derecho de primogenitura a los hijos de la amada en preferencia al hijo de la aborrecida, que es el primogénito.

Aquí, el poder ser un vencedor, está en “No podrá dar”. No importa el “amor” que tengas, no es suficiente para hacer lo incorrecto. La justicia no está en nuestros sentimientos, la justicia está en hacer lo correcto. Esto evitara un sinfín de problemas más adelante.

Conclusión

Nuestro deber es considerar que algunos problemas son resultados de malas decisiones, los cuales, es nuestra obligación buscar las direcciones correctas para solucionarlas.
Otros problemas están en la búsqueda de la relación con el Eterno. Buscamos la sensación de estar involucrados con Él, buscamos tener claras referencia de que somos hijos.

Nuestra matriarca nos enseñó que debemos de insistir en esa relación, ella lo hizo con la inversión de su tiempo y el rezo especifico, buscó lo divino, la conexión entre ella y lo alto. Buscó sentirse plena, completa.
Cuando esto suceda, estaremos experimentando una protección completa. Seremos capaces de luchar sabiendo que venceremos.
Irmiahu/Jeremías 1:18,19 Porque he aquí que Yo te he puesto en este día como ciudad fortalecida, y como columna de hierro, y como muro de bronce sobre toda la tierra, a los reyes de Yehudah, a sus príncipes, a sus sacerdotes, y al pueblo de la tierra. Y pelearán contra ti, mas no te vencerán; porque Yo Soy contigo, dice el Eterno, para librarte.

Luchar es mantener el objetivo claro, es hacer lo correcto.
Dentro de cada uno está la lucha más grande, “la toma de buenas decisiones”, o decidir por lo que te conviene, satisfaciendo solo necesidades básicas.

Shabat shalom!

Deja una respuesta