¿La única salida?

Por Avshalom Vázquez

Hace tiempo, al encontrarme con mi esposa viendo el noticiero, se reportó un suceso que nos conmovió y entristeció. Pues en una ciudad de España, se encontró a una pareja de ancianos muertos en su casa. La causa había sido suicidio y la razón fue, el no tener dinero para pagar la hipoteca de su vivienda. Y al temer ser echados, literalmente, a la calle; y sin tener familiares cercanos o personas como amigos, que pudieran ayudarles, tomaron esa decisión.
Esto me llevó a pensar en el cúmulo de emociones y sentimientos que esta pareja pudo haber albergado dentro de sí, tales como temor, ira, desesperación, impotencia, frustración, etc.; que aparentemente los llevaron a un camino sin salida.
Y una pregunta surge a esto ¿Realmente tenía que suceder así?

Dicho pensamiento me trajo en memoria la historia de Iob –Job-, ejemplo con el cual podemos apreciar claramente la condición humana, que si bien, se suele verlo únicamente como el hombre que se sobrepuso a las calamidades que lo derrumbaron, teniendo el contexto de su historia, podemos decir que las emociones previamente mencionadas, sin duda lo acecharon.

Iob (Job) 3:1-3 Después de esto Iob abrió su boca y maldijo su día.
Tomó Job la palabra y dijo: —Perezca el día en que nací, y la noche en que se dijo: «¡Un varón ha sido concebido!»

Dichas palabras provenían de un hombre que tras el impacto de su desgracia repentina, quedó literalmente conmocionado, es decir, que sufrió una alteración violenta del ánimo. Y en relación a la noticia con que comenzamos, la muerte parecía una opción viable.

Job 3:26 No tengo tranquilidad; no tengo quietud; no tengo sosiego; más bien, me viene la desesperación.

En este pasuk –versículo- encontramos el vocablo hebreo “roguetz”, que en este caso tradujeron como desesperación. Dicho vocablo lo encontramos a lo largo del Tanaj en siete ocasiones y puede utilizarse para denotar una turbación o conmoción, como lo notamos en los siguientes ejemplos:

Iob (Job) 14:1 El hombre, nacido de mujer, es corto de días y lleno de tensiones (roguetz).

Iob (Job) 3:17 Allí los impíos dejan de perturbar (roguetz); allí descansan los de agotadas fuerzas.

Jabakuk (Hab) 3:2 Oh HaShem, he oído tu fama; he considerado tu obra, oh HaShem. ¡Avívala en medio de los tiempos; en medio de los tiempos hazla conocer! En medio de la ira (roguetz) acuérdate de tener misericordia.

Comenzando con este detalle, la conmoción y principalmente la cerebral, suele originarse por un golpe o un ruido muy fuerte, ocasionando un aturdimiento o pérdida transitoria de las funciones cerebrales. Tal fue el caso de Iob y el de la pareja del noticiero, la turbación que tuvieron ante la situación que se encontraba viviendo, los condujo a hablar tales cosas y a tomar dicha decisión; respectivamente.
La recomendación a ello podemos encontrarla por parte de David hamélej –el rey-

Tehilim (Sal) 23:4 Aun cuando ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque Tú estarás conmigo. Tu vara y Tu cayado me infundirán aliento.

Cuando nos encontremos ante tales situaciones que puedan causarnos conmoción o turbación, tenemos que tener el control sobre las emociones que vengan sobre nosotros, sin perder la confianza en HaShem quien nos dará paz a ello, siempre y cuando nosotros hagamos lo propio.

Iesha’iahu (Isa) 14:3 Y sucederá que el día en que HaShem te dé tregua de tu dolor (roguetz), de tu desesperación y de la dura servidumbre a la que fuiste sometido.

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