Cuestión de orden

Por sí solas, estas porciones son muy complejas. Descansan en ellas, eventos con ciertas narraciones, que encuadran emociones, conclusiones con cierta formula entre lo racional y el extraordinario.
Con el inicio de Jukat, nos basta para que, cualquier línea ordenada o comando ya aceptado en nuestra mente, tenga situaciones incomodas. Pareciera que el orden que hemos entendido, tiene más información, lo cual genera un espacio entre el orden de lo Divino y el nuestro. Como ser “inteligente”, te queda un hueco profundo, que solo hace tener la consideración de que el Eterno es Magnífico.
Nuestra disciplina es simple, como una muestra de lo que puede generar el orden al aplicarlo.

Hablar del orden es hablar de “ordenar” algo. Al español es un poco complejo tener una idea total.
Si yo digo “ordenar”, sin más, te viene la sensación de clasificar, de enumerar, de alzar cosas, hasta de limpiar. Pero si yo digo: “te ordeno” cambia mucho nuestra creación mental.
Esta clase de “orden”, está incluyendo una autoridad y una dirección.
¿Qué clase de orden consideran en el siguiente pasuk?
Bamidbar/Números 19:2 Este es el decreto de la Torah el cual ordeno Ad-nai diciendo: habla a los hijos de Israel y que tomen para ti, una vaca roja, integra, que no haya en ella defecto, que no haya subido sobre ella yugo.

Es muy claro la tendencia: Una autoridad y una dirección.

Para considerar una “orden”, es obvio saber quién la manda. En este pasuk queda claro que, el Bendito Sea su Nombre, es el que manda. Así que, existe indiscutiblemente una autoridad y, por consecuencia, una dirección, la cual puede llegar a ser muy compleja [como en este caso], o muy sencilla.

En el siguiente pasuk, nuestro patriarca Itzjak, deja escuchar su voz, aparentemente en su tiempo, pero en realidad, su voz es un rango de frecuencia del “Shema” que viaja a través de los tiempos y llega a nosotros como voz de un buen padre.
Bereshit/Génesis 27:8 Y ahora hijo mío, escucha mi voz a lo que yo te ordeno a ti.

El pasuk anterior, es un ejemplo de una orden sencilla, simple. ¿Cuál? Traer comida, ¿cualquier comida? No, va implícito el gusto, el placer de nuestro patriarca. No puedes modificar la orden. Quizás en este suceso, entiendas que, lo que sí se puede cambiar, es quien lo ejecute. Obedeces tú, u otro la hará.
Otro elemento, es ver lo que pasa si alguien lo hace antes que tú.
Este pasaje, en cuanto el beneficio de cumplir una orden, es muy complicado explicarlo, porque lo sencillo se vuelve complejo.

Es, quizás, irrespetuoso expresar “una orden sencilla”, y pido disculpas, lo que busco es tener un panorama más completo para que otros, con su sabiduría, tengan el favor de explicar.
¿No sé si tengas en mente lo que sería una orden sencilla?

Veamos el siguiente.
Vaikra/Levítico 8:13 y acerco Mosheh a los hijos de Aharón y los hizo vestir túnicas, y ciño a ellos con un fajin, puso gorros, conforme lo ordeno Ad-nai a Mosheh.
Esta clase de órdenes, con los detalles, formas, colores, profundidades, protocolos, que el Eterno tiene a bien notificar, tienen un significado incalculable. Nada tiene tintes de obsoleto, siempre tiene un profundo mensaje que no vence “la modernidad”.

Las ordenes tiene un sinfín de variedad. Algunas se hacen sin razonar, porque es imposible cumplirlas. Otras tienen bondades que, si quieres, la tomas o lo dejas. Muchas otras, cuestiones de vida o muerte.
Lo que debe de quedar claro es que, si no existe interés en ellos, es quizás por lo que el siguiente pasuk trata de dibujar.
Vaikra/Levítico 27:34 Estos son los preceptos que ordeno Ad-nai a Mosheh a los hijos de Israel en el monte Sinaí.

Una orden del Eterno no necesita ingredientes adicionales de nuestra parte. No tenemos la calidad de cambiar, modificar, condicionar, adaptar, justificar, o sacar provecho; simplemente, nuestro objetivo es obedecer con inteligencia y alegría.
Los resultados, aunque están en este plano terrenal, son una carretera que nos lleva más allá de lo que nuestros ojos ven.
Vaikra/Levítico 9:6 y dijo Mosheh “este es el asunto que ordeno Ad-nai que haréis y aparecerá a vosotros la gloria de Ad-nai.

Una Gloria que tiene un enorme dominio, un total dominio. No existe lugar en este tiempo o fuera de él, donde esté ausente.
Entendamos que, algunas ordenes son para nuestra ayuda económica, corporal, espiritual, para expiar nuestros errores, para demostrar alegría, para ser feliz, para ser personajes satisfechos, para un bienestar social.

Si estas órdenes la ponemos en nuestro corazón, simplemente se ejecuta lo que existe dentro, los sentimientos rondarán en las órdenes.
Hay que ser cuidadosos de cumplir cada uno de ellas, lo que nos tocan ejecutar, según el ciclo de vida que esté corriendo. Debemos temer, el no solo leer estas órdenes.

Conclusión

¿Qué pasa si no acatamos las “ordenes”?
Es difícil ser especifico. Existen varios sucesos, sin embargo, de forma general, el siguiente pasuk parece ser claro:
Nejemia/Nehemías 1:7 En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Mosheh tu siervo.

¿No sé si has considerado que, el estar esparcido, es uno los resultados de no obedecer?
Se tiene que impregnar en nuestro cuerpo que, el obedecer las órdenes del Eterno, nos dará una resistencia ante el medio que nos rodea. Nos protegerá del miedo, del fracaso, del terror de los sucesos que en nuestros tiempos se tienen que presentar.
Debemos, dentro de los límites de la obediencia, permanecer hasta el último segundo de nuestra vida de pie, en el lugar que nos toca estar.
Amós 9:9 Porque Yo mandaré y haré que la casa de Israel sea zarandeada entre todas las naciones, como se zarandea el grano en una criba, y no cae un granito en la tierra.

Shabat shalom!

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