Aconsejar

Shemot 18:1 Y oyó Itro sacerdote de Madián, suegro de Mosheh todas las cosas que Elokim había hecho con Mosheh y con Israel Su pueblo y como el Eterno había sacado Israel de Egipto.

Esta porción semanal nos habla de un personaje de origen gentil, el cual según la Torah fué el suegro de Mosheh. Rashi [z’l] escribió que este hombre poseía siete nombres: Reuel, Yéter, Itro, Kení, Jobab, Jéber, y Putiel.
Según la tradición acepta que Itro, fué un hombre que se convirtió al judaismo, cumpliendo las mitzvot de HaShem, pero es de resaltar que fué sabio aún antes de conocer de HaShem, demostrandolo precisamente esta perasha, en donde aconseja a Mosheh y con ello, se gana un lugar privilegiado en la historia de nuestro pueblo.
Dice la Torah, que Itro aconsejó a Mosheh, por lo que en esta ocasión estudiaremos la palabra Aconsejar a la luz de la Torah, palabra que se deriva en una práctica muy frecuente en el ámbito religioso, y que es menester ocuparnos en profundizar en ella, para no caer en errores o si se han cometido, corregirlos a tiempo.

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Shemot [Éx] 2:16 narra el encuentro por primera vez entre Mosheh y la familia de Itro:
Y estando sentado junto al pozo, siete hijas que tenía el sacerdote de Madián vinieron a sacar agua para llenar las pilas y dar de beber a las ovejas de su padre
.

Itro tenía siete hijas, aunque además tuvo hijos, éste era un sacerdote de Midian.
¿Quiénes eran las Madianitas? Los Madianitas tuvieron su origen a partir del hijo que tuvo Abraham y Ketura, etimológicamente la palabra significa “Disputa“, y fué un pueblo nómada enemigo de nuestro pueblo, ellos harían estragos en nuestro pueblo y recordarán ustedes que junto a los Moabitas contrataron a Bil’am [Balam] para que maldijera a nuestro pueblo.
Mosheh defendió a las hijas de Itro y por este motivo, fué invitado por él, para que morara con ellos, razón por la cual desembocaría en un casamiento entre Mosheh y Tziporah [Séfora] nombre cuyo significado es “pájara“.
Mosheh trabajó para su suegro, apacentando a sus ovejas:
Shemot 3:1 Apacentando Mosheh las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Elokim.

El hecho de que Mosheh trabajara para él, le hizo ganarse su respeto, constatandolo con el hecho de que lo dejo ir sin problema, cuando Mosheh fué llamado por HaShem:
Shemot 4:18 Así se fue Mosheh, y volviendo a su suegro Jetro, le dijo: Iré ahora, y volveré a mis hermanos que están en Egipto, para ver si aún viven. Y Jetro dijo a Mosheh: Ve en paz.

A pesar de que Mosheh regreso a Egipto, su suegro siempre estuvo al tanto de lo que le acontecía:
Shemot 18:1 Oyó Jetro sacerdote de Madián, suegro de Mosheh, todas las cosas que Elokim había hecho con Mosheh, y con Israel su pueblo, y cómo HaShem había sacado a Israel de Egipto.

Por estas referencias podemos ver que el respeto mutuo que se tenían no había sido obra de la casualidad, sino que nos habla de dos hombres con valores, y principios, los cuales, mas adelante los haría unir sus vidas mediante el siguiente hecho.
Mosheh al ver que el conflicto que tenía con Faraón, vio en riesgo a su familia, por lo que la hizo llevar a casa de su suegro, pero una vez que Mosheh saco a nuestro pueblo al desierto, por iniciativa de Itro, tomó a Tziporah y a sus dos hijos, y se los llevó al desierto a Mosheh. Seguramente el sabía que lo correcto es que su familia estuvieran con él, a su juicio ya había transcurrido un tiempo considerable, y era el momento en que regresarán con Mosheh:
Shemot 18:5-6 Y Jetro el suegro de Mosheh, con los hijos y la mujer de éste, vino a Mosheh en el desierto, donde estaba acampado junto al monte de Elokim; y dijo a Mosheh: Yo tu suegro Jetro vengo a ti, con tu mujer, y sus dos hijos con ella.

Veamos en el siguiente verso, las muestras de amor que se tenían, y esto es importante, ya que cuando Itro se atreve a darle su consejo, conoce de antemano que Mosheh no se lo tomaría en poco, debido a la integridad conocida en su suegro:
Shemot 18:7 Y Mosheh salió a recibir a su suegro, y se inclinó, y lo besó; y se preguntaron el uno al otro cómo estaban, y vinieron a la tienda.

Recuerda que Itro aconsejaría a Mosheh, eso es el objeto de esta perashah, y por esto hago la aclaración, para que Itro pudiera aconsejar, es decir para que cualquier persona pueda dar un buen consejo -del verbo hebreo Yaatz-, es importante que conozca bien del asunto, como lo leeremos a continuación:
Shemot 18:8 Y Mosheh contó a su suegro todas las cosas que HaShem había hecho a Faraón y a los egipcios por amor de Israel, y todo el trabajo que habían pasado en el camino, y cómo los había librado HaShem.

Cuando muchas veces la gente acude en busqueda de consejo, es habitual que oculten cosas según su conveniencia, sin embargo, no hay consejo verdaderamente útil, si el que lo hace, no conoce todo el panorama, y es que el que aconseja, deberá siempre guardar imparcialidad en los dichos, y esto me recuerda a un versículo que me ha sido muy útil:
Proverbios 18:17 Justo parece el primero que aboga por su causa; Pero viene su adversario, y le descubre.

Regresando a nuestra historia, es importante aclarar que uno de los hombres más importantes de nuestra historia, estaba contandole lo sucedido, a un gentil, y esto no era fortuito, sino que detras de ello Mosheh estaba esperando su punto de vista y por supuesto su consejo.
Lo que provocaría este testimonio de parte de Mosheh hacia Itro, sería una teshuvah [arrepentimiento] o bien una conversión al único Elokim vivo. El hecho de que tú des testimonio de las grandes obras que HaShem ha hecho contigo, algunas veces será de trascendencia para la vida de determinadas personas, por esto no debemos callarnos, sino aun debemos cantar sus glorias:
Shemot 18:9-12 Y se alegró Jetro de todo el bien que HaShem había hecho a Israel, al haberlo librado de mano de los egipcios. Y Jetro dijo: Bendito sea HaShem, que os libró de mano de los egipcios, y de la mano de Faraón, y que libró al pueblo de la mano de los egipcios. Ahora conozco que HaShem es más grande que todos los dioses; porque en lo que se ensoberbecieron prevaleció contra ellos. Y tomó Jetro, suegro de Mosheh, holocaustos y sacrificios para Elokim; y vino Aharon y todos los ancianos de Israel para comer con el suegro de Mosheh delante de Elokim.

Aun antes que se formalizaran los sacrificios a HaShem, un gentil ya los practicaba, ¿te das cuenta? Pero ahora ya no sería mas un gentil, sino que sería considerado como parte del pueblo.
Hasta el momento hemos visto algunas reglas de la consejería, en primer lugar que Itro tenía una importante estima para Mosheh, y en segundo lugar Mosheh le conto ampliamiente la situación, ahora veamos los demás detalles que nos revela la Torah:
Shemot 18:13-14 Aconteció que al día siguiente se sentó Mosheh a juzgar al pueblo; y el pueblo estuvo delante de Mosheh desde la mañana hasta la tarde. Viendo el suegro de Mosheh todo lo que él hacía con el pueblo, dijo: ¿Qué es esto que haces tú con el pueblo? ¿Por qué te sientas tú solo, y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana hasta la tarde?

El siguiente punto importante es que Itro no nada más se contentaba con escuchar de boca de Mosheh sus asuntos, sino que además, atentamente observaba los acontecimientos, situación que le permitiría aconsejarlo.
Itro inquirió a Mosheh del porqué desde la mañana a la tarde se ocupaba en juzgar a todo el pueblo, pero observa con atención la respuesta de Mosheh:
Shemot 18:15-16 Y Mosheh respondió a su suegro: Porque el pueblo viene a mí para consultar a Elokim. Cuando tienen asuntos, vienen a mí; y yo juzgo entre el uno y el otro, y declaro las ordenanzas de Elokim y sus leyes.

Con este pasuk encontramos una tercera regla de la consejería, y es el hecho de que se debe conocer que las partes simpre encontrarán un motivo para hacer lo que hacen, y a lo que me refiero, es que Mosheh sí tenía una buena excusa para hacer lo que hacía, sin embargo ¿Era la correcto? Y no me refiero a que necesariamente Mosheh estuviera mal, sino que siempre hay cosas que todos podremos mejorar, aunque casí en la mayoría de las veces tengamos según nosotros, buenas razones para hacer lo que hacemos:
Shemot 18:17-18 Entonces el suegro de Mosheh le dijo: No está bien lo que haces. Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo.

Ahora el suegro de Mosheh, está enfocando la problematica, en un beneficio para Mosheh inmediato y que como consecuencia lo tendría el pueblo, date cuenta como en su consejería como cuarta regla, el énfasis lo pone en la salud de Mosheh, y no necesariamente concentrandose en el problema, sino en beneficio práctico al resolverlo.
Leamos a continuación el consejo para resolverlo:
Shemot 18:19-23 Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Elokim estará contigo. Está tú por el pueblo delante de Elokim, y somete tú los asuntos a Elokim. Y enseña a ellos las ordenanzas y las leyes, y muéstrales el camino por donde deben andar, y lo que han de hacer. Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Elokim, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez. Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo; y todo asunto grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño. Así aliviarás la carga de sobre ti, y la llevarán ellos contigo. Si esto hicieres, y Elokim te lo mandare, tú podrás sostenerte, y también todo este pueblo irá en paz a su lugar.

El consejo era concreto, no dejaba lugar a dudas, y esta sería la quinta regla de la consejería, explicitamente es necesario explicar la solución, por supuesto si se tiene, ya que es habitual que se recurra a alguien para consejería, y a la persona le falte un conocimiento bíblico que le ayude a dar una solución para la problemática, y por eso es habitual que cuando acudes a consejería, la respuesta mas frecuente sea: “Vamos a orar”, y el aconsejado se queda con las ganas de escuchar una respuesta práctica para su asunto, pero como el que aconseja le faltan argumentos para darle una respuesta, le pasa la bolita a HaShem, cuando en realidad la mayoría de los problemas tiene un ejemplo análogo en las Escrituras, y de ellos se debe servir el consejero para dar una respuesta, no conforme a su buen corazón, sino conforme lo ve escrito en la Palabra de HaShem.
El consejo de Itro sigue estando vigente, el líder pondrá a gente apropiada para realizar las tareas cotidianas, y solo las complicadas las tratará él. Si recuerdas, fué el mismo problema con los apóstoles,
Geburot 6:2-4 Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Elokim, para servir a las mesas. Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra.

Esta problemática, sigue estándo presente en nuestros días, sobre todo cuando la gente desea tener contacto siempre con el rabino o pastor, pero ésta problemática se debe tratar siempre con tacto, para no afectar la sensibilidad de la gente, sin embargo, entendamos que esa es la solución.
Si vemos con detenimiento el trabajo de Mashiaj con sus talmidim fue primero instruirlos y después fueron ellos los que llevarón las buenas nuevas. ¿Recuerdas aún mando a 70 a cumplir el cometido? Pero continuemos con el caso de Mosheh.
Ya por último la sexta regla, el consejero se deberá de cuidar de aconsejar a gente que humildemente acepte el consejo:
Shemot 18:24-27 Y oyó Mosheh la voz de su suegro, e hizo todo lo que dijo. Escogió Mosheh varones de virtud de entre todo Israel, y los puso por jefes sobre el pueblo, sobre mil, sobre ciento, sobre cincuenta, y sobre diez. Y juzgaban al pueblo en todo tiempo; el asunto difícil lo traían a Mosheh, y ellos juzgaban todo asunto pequeño. Y despidió Mosheh a su suegro, y éste se fue a su tierra.

A pesar de la grandeza de Mosheh, era un hombre humilde que aceptaba la corrección, date cuenta como no tardó en poner por obra el consejo de Itro:
Proverbios 9:7-9 El que corrige al escarnecedor, se acarrea afrenta; El que reprende al impío, se atrae mancha. No reprendas al escarnecedor, para que no te aborrezca; Corrige al sabio, y te amará. Da al sabio, y será más sabio; Enseña al justo, y aumentará su saber.

Es común encontrarse con gente que está buscando consejo en una y otra y otra persona, y en realidad lo que busca, es encontrar un consejo que a gusto personal le satisfaga, eso no es correcto, se les debe reprender para que no sigan cometiendo semejante error, y esto me lleva a algunas recomendaciones para la gente que busca consejo:
1) Búscate a alguien que se caracterice por su conocimiento en la Torah y en su práctica.
2) Concéntrate en el consejo de una sola persona.
3) Ora al Eterno por confirmación.
4) No tardes en ponerlo en práctica.

Conclusión

En esta conclusión deseo retomar los puntos prácticos que encontramos en esta porción, los cuales pongo como Reglas para la consejeria:

1- Tener estima delante del aconsejado
2- Conocer todo el asunto para aconsejar correctamente y sobre todo observar.
3- Saber de antemano que las partes siempre tendrán un motivo para justificar su acción por lo que es un deber mantenerse imparcial, sin gestos, ni ademanes que delaten nuestra postura.
4- Su consejo se debe basar en un beneficio para las partes y no en quien es culpable
5- Que el consejo sea lo suficientemente claro para que la persona lo entienda.
6- Cuidate de aconsejar a gente que humildemente acepte la corrección.

Es mi deseo ajim, que esta porción a todos nos ayude a saber aconsejar y a recibir consejo.

Shabat shalom!